Casi mil civiles en EEUU perdieron la vida a causa de disparos policiales en lo que va de año, según un estudio realizado por el diario The Washington Post.

El número duplica las estadísticas publicadas anteriormente por el FBI.
police state estado policial
© AP Photo/ Charlie Riedel
Para el pasado 24 de diciembre, el periódico documentó 965 víctimas de las balas policiales; 564 llevaban una pistola al enfrentarse con los agentes; 281 tenían otras armas; y 90 estaban desarmados.


Comentario: Tal vez estas cifras no reflejan del todo la realidad de la situación, ya que en la mayoría de los casos las alegaciones sobre las víctimas (que ya no pueden testificar) y su posesión de armas son creadas por la misma fuerza policial que les quitó la vida; es decir, la única forma en la que pueden justificar su asesinato es si la víctima representaba una amenaza para su vida, y lo mas fácil de inventar es que la víctima llevaba un arma.

Échenle un vistazo a nuestra sección del Niño de la Sociedad para expandir sobre esta cruel tendencia.


La raza sigue siendo uno de los principales detonantes de la violencia policial, según la base de datos creada por The Washington Post.


Comentario: Como lo hemos comentado en otras ocasiones, tal vez la raza es solo una de las divisiones sobre la que se quiere hacer presión, pero esta tendencia en la fuerza policial parece más bien ser un problema psicológico. Los invitamos a ver:


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Así, varones afroamericanos representan el 6 por ciento de la población estadounidense pero el 40 por ciento entre las personas desarmadas que han muerto de disparos policiales este año.

En la mayoría de los casos en los que la policía disparó y mató a una persona que había atacado o amenazado a alguien con un arma, la persona que recibió un disparo era de raza blanca. Pero un número desproporcionado de los muertos tras mostrar un comportamiento menos amenazante — 3 de cada 5 eran negros o hispanos.

El periódico empezó a documentar las víctimas de la violencia policial en 2015, después de que un oficial de la policía de Ferguson, Missouri, matara en agosto de 2014 al joven afroamericano Michael Brown, caso que desencadenó varias semanas de protestas a lo largo del país.