La empresa de servicios de seguridad de aviación y de seguridad ICTS maneja las operaciones de seguridad en el aeropuerto de Bruselas, la escena del ataque de bomba de ayer por la mañana.
bombardeo Bruselas
Estos 'yihadistas' van a tener que tratar más fuerte para aterrorizar a la gente para que acepten el racismo, el fascismo y un estado policial.
ICTS fue establecida en 1982 por ex miembros de Shin Bet, la agencia de seguridad interna de Israel, y ex agentes de seguridad de la aerolínea El Al, y tiene una presencia mayor alrededor del mundo en seguridad aeroportuaria con operaciones en Holanda, Alemania, España, Italia, Portugal, Japón y Rusia. ICTS utiliza el sistema de seguridad empleado en Israel, por medio del cual se toma un perfil de los pasajeros para evaluar el grado de amenaza que representan con base a ciertos indicadores, incluyendo edad, nombre, origen y comportamiento al ser interrogados.

El presidente de la mesa de supervisión en ICTS es Menachem J. Atzmon. Atzmon es un ex miembro del partido Likud que fue acusado y encontrado culpable en 1996 en un caso de fraude y malversación relacionado con la apropiación de fondos recabados por organizaciones caritativas. Atzmon también es el director de la autoridad del puerto de Rostock, Alemania.

Está no será, sin embargo, la primera vez que ICTS se encuentre bajo escrutinio por posibles fallas de seguridad que llevan a un 'ataque terrorista musulmán'.

Abdulmutallab
El joven bombardero de los calzoncillos. Preparado, dotado de una nueva identidad y utilizado, para llevar el 'terror' a tu puerta.
Como proveedor de servicios de seguridad para el aeropuerto Schiphol de Ámsterdam, United Airlines y US Airways, el sistema de seguridad de la firma fue criticado por permitir de algún modo al otrora 'bombardero de la ropa interior', Umar Farouk Abdulmutallab, "filtrarse" y abordar el Vuelo 253 de Northwest Airlines a Detroit con materiales explosivos el día de Navidad de 2009.

El bombardero de los calzoncillos de Navidad, como se le llegó a conocer, no era el usual árabe contrariado o acólito musulmán de poca monta. Era el hijo del magnate bancario nigeriano y ex ministro de gobierno de Nigeria Alhaji Umaru Mutallab, uno de los hombres más ricos de África. Estamos hablando de un miembro de la élite colonial africana, una versión africana de la 'red de los chicos grandes' británica. Mientras se encontraba en Londres, su hijo, el bombardero de los calzoncillos, vivía en un apartamento de 4 millones de libras esterlinas en Mansfield Street, en el West End de la ciudad. También disfrutaba del acceso a visas de muchos países diversos, incluyendo EE.UU.

A diferencia de la mayoría de los supuestos terroristas musulmanes que normalmente traen sus pasaportes a la escena del 'ataque suicida' (y a menudo los dejan allí para que la policía los encuentre), Abdulmutallab aparentemente llegó al aeropuerto de Schiphol para abordar su vuelo a EE.UU. con un boleto sencillo, sin equipaje y sin un pasaporte.
Kurt Haskell
El fiscal de Detroit Kurt Haskell y su esposa Lori
Normalmente, esto hubiera representado el fin prematuro de su ataque planeado, pero de acuerdo al fiscal de Detroit y testigos de los eventos en Schiphol, Kurt Haskell, Abdulmutallab se benefició de la ayuda de un hombre indio elegantemente vestido que pudo escoltar al joven a la puerta de abordaje donde le dijo al empleado que Abdulmutallab no tenía pasaporte pero debía permitírsele tomar el vuelo de todos modos. Cuando al hombre elegantemente vestido se le dijo que tendría que hablar con el jefe de seguridad, lo hizo y pudo exitosamente plantar al bombardero de los calzoncillos en el avión.

Ahora, esto requiere un movimiento de influencias mayor, y todo el bombo y platillo en la prensa en aquel entonces acerca de si el sistema de seguridad funcionaba o no fue sólo presunción, porque si el bombardero de los calzoncillos apareció en la puerta sin un pasaporte, es poco probable que hubiera pasado a través del proceso normal hasta ese punto, incluyendo el registro en ventanilla que requiere que los pasajeros muestren sus pasaportes.

Lo más probable es que Abdulmutallab fuera escoltado como 'VIP' hasta la puerta por el hombre vestido elegantemente. ¿Entonces cómo es que dos tipos de apariencia sospechosa, de los cuales uno por lo menos no tenía pasaporte y llevaba materiales de bomba, llegan a la puerta de un aeropuerto y luego a un vuelo? La respuesta es que no lo hacen, a menos que tengan algunos amigos entre la gente que lleva los controles de seguridad en el aeropuerto. En esto caso, ICTS.

Pocos meses después del ataque de los calzoncillos, el Departamento de Estado de EE.UU. admitió que había sabido de las intenciones de Mutallabpor algún tiempo y que no había revocado su visa de entrada a EE.UU. porque ellos, efectivamente, querían ver qué haría.
"El acto de revocación hubiera revelado lo que estaban haciendo," dijo Kennedy en testimonio ante el Comité de la Cámara sobre Seguridad Nacional. Permitir a Abdulmutallab mantener la visa incrementó la oportunidad de los investigadores federales de acercarse a aprehender a la red terrorista con la que se le acusa de trabajar, "en lugar de simplemente derribar a un soldado en el intento."
Richard Reid
Richard Reid, embaucado infeliz.
Pero los pasos en falso de la seguridad de ICTS no terminan allí. En diciembre 2001, lograron de algún modo dejar subir al trastornado bombardero del zapato, Richard Reid, a su vuelo hacia Miami en París, y esto fue después de que ICTS hubiera dado luz verde a Reid a través de la seguridad en el aeropuerto de Ámsterdam en un vuelo a Tel Aviv en julio 2001 por lo que fue aparentemente un viaje de fin de semana todo-pagado a la ciudad israelí. Lo que hizo allí exactamente sigue siendo un misterio. Reid dijo después que ICTS/El Al no pudieron detectar que tenía explosivos en sus zapatos en el vuelo a Tel Aviv, una revelación sorprendente considerando la estrecha seguridad de la aerolínea israelí y el hecho de que, seis meses más tarde, fueron responsables por dejarlo abordar el vuelo hacia Miami con el mismo tipo de 'zapato bomba'. Israel no le había informado las agencias de seguridad británicas, ni estadounidenses, ni a ninguna otra, acerca de sus sospechas sobre Reid. La tía de Reid, Claudette Lewis, quien crió a Reid en el sur de Londres, dijo que creía que su sobrino había recibido un "lavado de cerebro".

ICTS también de algún modo dejó pasar a muchos de los supuestos secuestradores del 11-S que supuestamente volaron desde el aeropuerto Logan de Boston el 11 de septiembre de 2001. ICTS también manejaba la seguridad de la red de autobuses de Londres durante los ataques de bombas 'suicidas' del 7 de julio. De hecho, dos de las subsidiarias, ICTS UK y ICTS Europe Systems, tienen su sede en Tavistock House, Tavistock Square en Londres, la escena del bombardeo del autobús de London Stagecoach ese día.

Es un gran récord, a fin de cuentas. Y nos tenemos que preguntar cuántos ataques terroristas se habrían prevenido, cuántas vidas inocentes se hubieran salvado, cuán lejos estaríamos hoy de un estado policial en expansión, si empresas como ICTS y quienes las apoyan no hubieran permitido "filtrarse" a tantos improbables y desafortunados 'terroristas musulmanes'.