Mustafa Jatib, de 17 años, salió de casa hacia la escuela y no regresó: la Policía de fronteras israelí lo mató en la ciudad vieja de Jerusalén porque había intentado apuñalar a un agente, aunque testigos presenciales aseguraron a la ONG palestina Al Haq que no vieron ningún cuchillo.

El dueño de una tienda muy cercana al lugar de los hechos explicó a los padres de Mustafa, Maisa y Adel, que vio a tres policías correr hacia su hijo, que llevaba las manos en los bolsillos.
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© AFP 2016/ Hazem Bader

El chico se apartó del camino de los agentes sin darse cuenta de que iban a por él.

Cuando uno intentó agarrarle, Mustafa lo empujó y otro policía le disparó varias balas y lo mató.

El incidente ocurrió el 12 de octubre, pero la familia no recuperó el cadáver hasta el 11 de enero y no tuvo acceso a la grabación de los hechos porque, según las autoridades, la cámara de seguridad de la zona no funcionaba.

"Es difícil saber qué pasa por la cabeza de un chico de 17 años, pero estamos seguros de que Mustafa era inocente, y si no lo era, queremos una prueba: nos parece imposible, tenía muchos sueños, quería estudiar ingeniería en Alemania", cuenta a Sputnik Nóvosti el padre de Mustafa, Adel Jatib, empleado de la ONU.

"Con las nuevas tecnologías, los padres han perdido control sobre sus hijos", indica a Sputnik Nóvosti la psicóloga Rania Aljawi, coordinadora del Programa de Desarrollo de Jóvenes en Jerusalén este y Cisjordania de la ONG Save the Children.

"Entre las generaciones jóvenes de Palestina, el nivel de frustración y desesperación es muy alto: viven en unas condiciones duras, carecen de los derechos humanos básicos", apunta Aljawi.


Comentario: Y sin embargo tienen el coraje y la fuerza para soñar ser ingenieros.


"A edades muy tempranas, los arrestan, los maltratan, sufren la restricción general de movimientos y los humillan en los controles militares y policiales, algunos los pasan a diario para ir al colegio", comenta la psicóloga.

Según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), desde octubre, las fuerzas israelís han matado a 33 presuntos atacantes menores que actúan como lobos solitarios.

Aljawi y otros psicólogos creen que la violencia de las fuerzas israelíes que sufren y ven los adolescentes es clave para provocar reacciones violentas.

Las imágenes de las muertes de atacantes y del maltrato de fuerzas israelíes a palestinos difundidas en las redes sociales disparan las reacciones negativas de los más jóvenes.

"Digerir estas imágenes es difícil a esa edad, les provoca pensamientos y sentimientos confusos que les cuesta controlar de manera positiva", asegura Aljawi.

Israel acusa a las autoridades palestinas y los medios de comunicación de "incitar al odio y a cometer ataques" y en los últimos meses ha cerrado radios y televisiones palestinas; también culpa a la "difusión de propaganda" en las redes sociales.


Comentario: ¿En serio? O sea que a pesar de que los niños palestinos crecen en un ambiente traumático y devastador, son arrestados, torturados y asesinados, Israel es la víctima del odio. ¡Por favor! No existe un ejemplo más claro de comportamiento psicopático en el mundo que Israel.


"A los adolescentes les gusta jugar un gran rol en su comunidad, aparecer como héroes y tienen un alto sentido del sacrificio por su familia, por su pueblo", subraya Aljawi.

En los menores puede influir la figura de los "mártires" que cometen ataques contra Israel.

Sus retratos cuelgan en las calles y se los elogia públicamente. Algunos agresores adolescentes tienen familiares a los que mataron las fuerzas israelíes en protestas o que cometieron atentados, pero son la minoría.