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© DesconocidoYo soy tu padre...
En la actualidad existen diversas teorías que buscan explicar la cadena de acontecimientos que permitió que surgiera la vida en nuestro planeta. Tal vez una de las más aceptadas es aquella que habla sobre un meteorito portador de ciertos componentes necesarios para crear vida.

Según esta teoría habría sido en el período denominado como Eón Hadeico (hace unos 4.570 a 3.800 millones de años) en que se plantaron las bases para la existencia de la vida en la Tierra. Para lo cual fue necesario contar con una cantidad aún indeterminada de amoniaco proveniente del espacio exterior, ya que este no se encontraba presente en la Tierra en aquella época (o por lo menos en las cantidades necesarias).

Aquí es donde la ciencia ha centrado sus investigaciones, ya que hasta el momento había sido casi imposible encontrar algún vestigio de amoniaco que haya estado presente en ese período, algo que parece comenzar a quedar en el olvido gracias al descubrimiento de un meteorito primitivo que es capaz de liberar amoniaco cuando es expuesto a condiciones similares a las que habían en la joven Tierra.

En términos simples los investigadores consideran el nitrógeno - amoniaco (NH3)- como un componente vital necesario para la evolución química de los aminoácidos (bloques básicos de la vida). Tomando como base las pruebas geológicas de una atmósfera químicamente neutra, las actuales teorías no han sido capaces de determinar la cantidad de amoniaco necesaria para crear biomoléculas.

Según Terence Kee, químico de la Universidad de Leeds y Presidente de la Sociedad Astrobiológica de Gran Bretaña, la mayor parte del nitrógeno en la Tierra prebiótica habría estado encerrado en formas poco reactivas, como el dinitrógeno (N2) y nitratos.

Por esta razón cobra importancia el descubrimiento de este nuevo meteorito, ya que pertenece al grupo denominado como Renazzo (CR) y que es precisamente reconocido por ser rico en materiales orgánicos.

Para resolver sus dudas los investigadores tomaron muestras en polvo del meteorito y trataron los componentes orgánicos insolubles con agua bajo condiciones de alta presión y temperatura (de manera de simular la actividad hidrotermal presente en la joven Tierra). El resultado no podía ser otro que la liberación de considerables volúmenes de amoniaco proveniente del meteorito.

De esta manera queda aún más claro para los investigadores que los meteoritos perfectamente pueden haber tenido un papel preponderante en los orígenes de la vida, sobre todo ahora que han descubierto un tipo específico que resuelve muchas de las dudas existentes en torno a esta teoría.