Apenas unos días después de asumir el mando del Palacio de Planalto, sede de la Presidencia de Brasil, el presidente interino realizó una limpieza de funcionarios que llegó al extremo de despedir al camarero oficial del tercer piso de la Presidencia en los últimos ocho años.

José Catalao que, según indicó el diario Folha de Sao Paulo, se encontraba "entre los funcionarios más queridos del Planalto" fue despedido acusado de posicionarse a favor de la vuelta de la presidenta de la República, Dilma Rousseff, una posición que le costó su puesto de trabajo a pesar de que no se le conoce vínculo partidario alguno.


Comentario: Una acción que a nuestro criterio denota miedo absoluto. Miedo que lleva a un despido ilegal de una persona por expresar su opinión personal. Es decir, totalitarismo.


michel temer
© REUTERS/ Ueslei Marcelino

A pesar de que el suceso no guarda una relación directa, las maneras con las que habría sido despedido este trabajador afrodescendiente fueron inmediatamente relacionadas por algunos movimientos de izquierda con la total ausencia de este colectivo en el gabinete ministerial de Temer.

El carácter extremadamente elitista del gobierno del político Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) y sus aliados comienza en hacer mella en su credibilidad, un hecho que este miércoles se juntó al rechazo de hasta cinco mujeres para comandar la Secretaria Nacional de Cultura.

En total, 170 trabajadores relacionados directamente con la presidenta Dilma Rousseff perdieron su empleo desde el pasado viernes 13 de mayo lo que ha sido catalogado por la prensa del país como una "caza de brujas" a los simpatizantes del Partido de los Trabajadores (PT), incluso el fotógrafo de Presidencia, Roberto Stuckert, fue despedido.