El expresidente del Banco Central Argentino, Javier González Fraga, quien ha sido un tenaz apologista de las políticas neoliberales del presidente argentino Mauricio Macri, sacó su capa y espada para salir a la defensa del modelo oficial después del reciente informe del Observatorio de la UCA (Universidad Católica Argentina) en el que advierten que en sólo 6 meses, en un país de 40 millones de habitantes, se han creado más de 4 millones de nuevos pobres.
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© Sott.net¡Ultimo momento! Se devela el misterio sobre las afirmaciones de González Fraga
Entre los argumentos esgrimidos afirmó que los nuevos pobres "son gente que pasó de estar muy cerca del límite en la parte de arriba a estar muy cerca del límite en la parte de abajo. No es que se ha empeorado tanto. Es un cálculo un poquito teórico. A mí me gustaría saber qué tan pobres son los pobres".

Esta se supone que es la artillería pesada del neoliberalismo para defender lo indefendible. Los informes con indicadores sociales calculados por la UCA fueron utilizados durante el gobierno kirchnerista por la oposición, en especial por Macri y su "Dream Team", para criticar duramente al gobierno de entonces. Dado que el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) en aquel momento no publicaba índices de pobreza toda la oposición se basaba en los prestigiosos estudios de la UCA para vapulear al gobierno.

Ahora resulta ser que los informes de la UCA dejaron de ser respetables porque son "un poquito teóricos". Al fin y al cabo estar unos pesos encima de la línea de pobreza o unos pesos debajo de ella es casi lo mismo... (¡ahora es casi lo mismo, porque durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner no lo era!).

No está claro si estos argumentos son producto del cinismo, de la estupidez, o de ambas, pero sí parece evidente que quien fue presidente del Banco Central el último año de la presidencia de Raúl Alfonsín (quien por cierto entonces dicho sea de paso debió abandonar su mandato en medio de un brutal proceso hiperinflacivo) jamás en su vida ha estado en contacto con la pobreza ni es capaz de entender el sufrimiento y la angustia de no tener suficientes recursos para alimentar un hijo hambriento o para acceder a condiciones dignas de vida.

Desafortunadamente esta no es la primera diarrea verborrágica de este singular personaje. Ya en mayo de este año había expresado su opinión sobre cómo debería vivir un clase media: "Le hicieron creer a un empleado medio que su sueldo medio servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior. Eso fue una ilusión, eso no era normal", y luego añadió "por supuesto que era bueno, pero no normal, no era sostenible".

Las reacciones en contra de las declaraciones de Fraga fueron airadas y llenas de enojo. Según el modo de ver del economista un trabajador asalariado no debería aspirar a tener un buen pasar. Considere que más de un 70% de la población activa vive gracias a un salario y alrededor de un 20% más son cuentapropistas, es decir tienen su propio negocio; juntos conforman una gran masa de la cual una extensa porción es la clase media argentina. Lo que lisa y llanamente está tratando de decirnos el exbanquero es que en un país como Argentina, lleno de riquezas y recursos, sólo entre el 10% y el 20% de la población puede aspirar a tener "celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior".

Las expresiones de personajes como Javier González Fraga se difundieron como una suerte de intento del statu quo oficialista para minimizar el impacto del primer informe del Observatorio de la UCA en el cual se manifestaba que en el primer trimestre de gobierno de Mauricio Macri ya se habían creado 1.5 millones de nuevos pobres.

En el segundo informe, que pone de relieve los dos primeros trimestre de gobierno macrista, la cifra ha aumentado a más de 4 millones (varios organismos han medido el indicador, los mas conservadores hablan de 4 millones y los más atrevidos de 5 millones). Las palabras del paladín del dogma neoliberal esta vez fueron más cínicas e hirientes: "Yo tomo con pinzas la información sobre la pobreza. No desconozco que se ha agravado, pero ese cálculo de que hay un millón más de pobres que paso del 27 al 32, es un cálculo teórico".

Y luego haciendo gala una vez más su descomunal falta de sensibilidad y entendimiento, afirmó: "El tarifazo no afectó tanto a los más pobres, porque o consumen poco o están colgados. [...] “No cambió tanto la situación de los que ahora son pobres" [NdA: "estar colgado" significa que la gente, para tener luz eléctrica, se conecta a la red de forma clandestina].

Detrás esta corta declaración se oculta una arrogancia que verdaderamente inspira repulsión, un desprecio mayúsculo hacia los sectores más vulnerables de la sociedad,... una indiferencia hacia el dolor ajeno que asusta. Este "filósofo de bajo presupuesto" básicamente afirma que "al pobre" no le afecta la suba de tarifas del 1000%en los servicios públicos que impulsó el gobierno porque o bien consume poco porque es pobre, o es un despreciable ladrón que está robando el servicio.

Como frutilla del postre sentenció: " Vamos a tener malas noticias [...] por un par de meses más, tenemos que ser menos ansiosos y esperar que hagan efecto estas políticas que se basan en la inversión y no en el consumo". ¡Claro, como si el problema fuera "la ansiedad"!... Para este hombre, que seguramente cuenta con una hermosa casa calefaccionada, llena de comodidades, y un refrigerador atiborrado de alimentos, esto suena perfectamente razonable,... pero ¿qué ocurre con aquellas personas que quedaron sin trabajo o que su salario se ha devaluado tanto que ya no pueden satisfacer sus necesidades más básicas?... Dos meses para ellos es una eternidad señor Fraga, en dos meses ellos y sus familias pueden pasar hambre, enfermarse, ... o incluso morir. La gente que siente que su destino se le escapa de las manos no está ansiosa señor Fraga, está aterrorizada y sufriendo, mientras que usted hace grandilocuentes afirmaciones con aires de autoridad y superiodidad académica.

Concluyo este breve artículo con esta corta misiva personal dirigida al señor Fraga:
Estimado Javier, tras haber sido testigo de sus destrezas sin parangón para analizar la realidad y de la inigualable agudeza de sus afirmaciones, con el mayor de los respetos y humildad, le pido que en lo sucesivo nos haga el favor de abstenerse de agraciarnos con su "insuperable sabiduría" y nos prive de sus análisis tan llenos de "calidez humana" y "erudición".

¡Saludos y gracias!