Una oleada de incendios forestales pusieron este lunes en alerta a Portugal. De los doce fuegos todavía siguen activos diez de grandes dimensiones. En el país hay más de 350 focos, que tratan de combatir varios miles de efectivos en todo el país, especialmente en el norte y centro. El que más medios moviliza es el declarado en Águeda, en el centro del país, según el último balance de la Autoridad Nacional de Protección Civil (ANPC), en el que se incluyen otros nueve fuegos preocupantes.

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© EFEUn bombero en A dos Ferreiros, Agueda

Los otros nueve más complicados afectan a las localidades de Viana do Castelo, Castanheira de Pera, Gondomar, Viseu, Arcos de Valdevez, Gouveia, Vilanova de Cerveira, Barcelos y Arouca. Las llamas preocupan también en el archipiélago de Madeira, donde el Gobierno ha decretado el plan de contingencia regional a raíz de los cuatro frentes de fuego declarados este lunes y que aún permanecen activos en distintos puntos de la isla. Bomberos, militares, retenes y voluntarios se encuentran movilizados para tratar de combatir esta oleada de fuegos que ha llevado al primer ministro luso, António Costa, a interrumpir sus vacaciones y regresar este martes a Lisboa para seguir de cerca la situación. No se han registrado víctimas


No se han registrado víctimas

De momento, no se han registrado víctimas, solo algunos afectados por las columnas de humo, así como algunas viviendas destruidas y destrozos considerables en propiedades agrícolas. Con un área forestal de unos tres millones de hectáreas, Portugal fue considerado el Estado miembro europeo más castigado por las llamas entre 2000 y 2010, con una superficie media quemada superior a la de países mucho mayores, como España. Además de las altas temperaturas y el viento, la plantación de especies de árboles como los ignífugos eucaliptos han contribuido a que las llamas se propaguen con más voracidad.



215 incendios activos en Portugal dibujan un escenario dantesco (1)

Hasta 13 incendios activos en la mañana del 9 de agosto centran la atención prioritaria de los bomberos portugueses, en vista de que el norte del país vecino sigue ardiendo sin tregua. Son incidencias graves que se registran en áreas próximas a Oporto, Aveiro, Braga, Viana do Castelo, Guarda y Viseu. Pero el global asciende a 215 fuegos, una cantidad preocupante que obliga a poner en jaque todos los recursos posibles.

El negro panorama ha terminado por disipar las buenas perspectivas apuntadas en julio, después de que las lluvias dejaran la tierra preservada temporalmente.

En la localidad de Arouca trabajaban nada menos que 255 operarios para intentar controlar el fuego desatado el 6 de agosto, mientras que en Gondomar y Vila Nova de Cerveira se afanaban casi 110 empleados, apoyados por un total de 33 vehículos.

La movilización de las autoridades no se ha hecho esperar, puesto que la situación requiere una cadena de reacciones urgentes. El asunto se ha convertido incluso en arma arrojadiza entre los partidos políticos, por lo que el Gobierno socialista de António Costa es consciente de que se juega gran parte de su credibilidad en un combate que tiene en vilo a la población. Mucho más desde que se ha contabilizado un hombre de 60 años muerto en Valongo.

La carretera entre Aveiro y Vilar Formoso dibuja escenas dantescas. Está cortada y el frente activo se extiende a lo largo de cuatro kilómetros. Para colmo, las llamas amenazan también zonas no lejanas de Lisboa, como Sintra, Carnide, Loures o Vila Franca de Xira. El resultado es que los bomberos necesitan la ayuda de policías y efectivos militares.

Protección Civil asegura en un comunicado: «La situación es cada vez más complicada, con riesgo para numerosas personas. Pedimos a la gente que extreme el cuidado y, por supuesto, se abstenga de utilizar cerillas o mecheros en zonas forestales».

(1) 215 incendios activos en Portugal dibujan un escenario dantesco