El Gobierno de Japón está dispuesto a desarrollar la cooperación con Rusia sin esperar avances en la resolución del litigio que ambos países mantienen sobre las islas Kuriles, según informaron recientemente los medios japoneses. El experto en Japón, Andréi Fesiun, de la Escuela Superior de Economía rusa, comentó con Sputnik este cambio de enfoque.

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El nuevo impulso a las relaciones entre Tokio y Moscú fue aprobado por los mandatarios Shinzo Abe y Vladímir Putin, tras el encuentro que mantuvieron en Sochi, en mayo de 2016. La nueva estrategia está centrada en el desarrollo de los lazos económicos bilaterales a pesar de las discrepancias existentes en la cuestión de las Kuriles.

De hecho, Tokio está preocupa por la posibilidad de que un aumento de sus inversiones en el país eslavo tenga como efecto indirecto que se posponga la solución sobre el litigio de las islas y pueda entenderse como una aceptación del 'status quo'.

Por ello, los expertos rusos opinan que las últimas declaraciones tienen como objetivo real crear una atmosfera favorable al diálogo entre los líderes de los dos países en la próxima reunión bilateral entre Rusia y Japón que se celebrará el 2 de septiembre en Vladivostok.
"Los japoneses van a mantener su postura en la cuestión territorial. Por otra parte, ven la amenaza persistente y la presión tanto económica como militar por parte de China. Y además, entienden que se está produciendo un debilitamiento del papel de EEUU, que hace poco para 'disuadir' a China en los mares cerca de Japón. Esto provoca que Tokio busque un país con el que se pueda contar. En este sentido, Rusia es un socio seguro para Japón", explicó.
El experto señaló que es evidente que Rusia no tiene planes agresivos respecto a Japón o cualquier otro país vecino en la región. Japón, a su vez, "no dará marcha atrás en el litigio territorial, pero es de esperar que en el futuro este problema pase a un segundo plano", señaló Fesiun.
"Las relaciones económicas de nuestros países dependen de las grandes empresas japonesas. Pero hasta ahora, no han hecho nada 'grande' [para empujar la cooperación económica]. De todos modos, esto no impide que las pequeñas y medianas empresas sí que intenten entrar en el mercado ruso", recalcó.
Los lazos comerciales se están estrechando y varias compañías están dispuestas a empezar a trabajar en Rusia. Esto quiere decir que los países podrán cooperar, entre otras cosas, en el desarrollo del Lejano Oriente ruso y en los sectores del gas y del petróleo.