La oscilación cuasi-bienal es una fluctuación en los vientos de la estratosfera ecuatorial, a una altitud de entre 16 y 50 kilómetros, que cambian de dirección de este a oeste cada 22 a 36 meses, lo que da a los meteorólogos indicaciones sobre el tiempo que se puede esperar en el norte Europa

Los científicos quedaron sorprendidos el pasado febrero cuando un fenómeno meteorológico conocido como oscilación cuasi-bienal se alteró por primera vez en medio siglo y, aunque ahora han logrado darle una explicación, advierten de que con el aumento de las temperaturas puede volver a suceder.
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© EFE

La oscilación cuasi-bienal es una fluctuación en los vientos de la estratosfera ecuatorial, a una altitud de entre 16 y 50 kilómetros, que cambian de dirección de este a oeste cada 22 a 36 meses, lo que da a los meteorólogos indicaciones sobre el tiempo que se puede esperar en el norte Europa.

Un equipo internacional de científicos, entre ellos de la británica Universidad de Oxford, observaron el pasado febrero un comportamiento inusual en este fenómeno, al producirse una inversión de los vientos por primera vez en medio siglo.

Ese cambio inesperado en la dirección de los vientos fue causado, según creen los expertos, por una ráfaga del este formada durante el periodo en que la oscilación tenía que soplar desde el oeste, una posibilidad que los actuales modelos no prevén, según un estudio que publica hoy la revista Science.

Los vientos del oeste son conocidos por aumentar las posibilidades de tiempo cálido y húmero, mientras que los del este se traducen en unas condiciones más frías y secas.

El doctor Scott Osprey de la Universidad de Oxford explicó que "la reciente perturbación en la oscilación casi-bienal no se pudo prever, ni siquiera un mes antes. Si podemos llegar al fondo de por qué el patrón normal se vio afectado de esa manera, podríamos lograr más confianza en nuestras predicciones estacionales para el futuro".

Los expertos no descartan que este invierno se pueda producir un aumento de las lluvias y las tormentas de nieve en el norte de Europa.

Aunque los autores del estudio creen que el fenómeno se estabilizará y volverá a sus comportamiento habitual a lo largo del año que viene, no pueden descartar que alteraciones así se produzcan de manera más frecuente debido al aumento de las temperaturas, lo que afectará especialmente a las tormentas y la lluvia en el norte de Europa.

En este mes, un grupo de expertos se reunirá en Oxford para discutir los orígenes y efectos de este evento