El pasado dos de septiembre se llevó a cabo en el transcurso del Foro Económico oriental un encuentro bilateral entre las máximas autoridades de Japón y de Rusia. Al término del encuentro, el primer ministro japonés Shinzo Abe declaró que está prevista una visita de Putin a su ciudad natal, Nagato, para el próximo 15 de diciembre.
En mayo de este año, el presidente de EE.UU., Barack Obama visitó Hiroshima, convirtiéndose en el primer mandatario estadounidense en pisar una de las dos ciudades que fueron golpeadas por las bombas nucleares en 1945. Sin embargo, y como se esperaba, Obama no pidió perdón por los ataques.
Comentario: Lamentablemente recordamos aquella desgraciada visita. Fue entonces cuando Barack Obama decepcionó por enésima vez al mundo no sólo por no pedir ni siquiera una tímida disculpa, sino por expresar lo que ocurrió en aquella ocasión (estamos hablando de la aniquilación de 80.000 seres humanos en segundos y decenas de miles más en pocos meses) en términos de "un accidente". Las declaraciones de Obama aquel día están en el podio del cinismo, la hipocresía, y la desvergüenza.
"Hace 71 años, la muerte cayó del cielo", esta fue la reflexión del mandatario sobre lo que constituyó un acto atroz y despiadado de la nación más cruel y mezquina del planeta.
Los bombardeos a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki fueron realizados por las fuerzas armadas de EE.UU. al final de la Segunda Guerra Mundial con el objeto de acelerar la capitulación del Imperio japonés. Estos ataques con armas nucleares son aún los únicos de la historia de la humanidad. A día de hoy Washington no ha asumido su responsabilidad moral en la destrucción de ambas ciudades japonesas, justificando su decisión de utilizar armas atómicas en las necesidades militares.
Se estima que la explosión de la bomba atómica lanzada en Hiroshima acabó de forma inmediata con la vida de unas 80.000 personas. Sin embargo, a finales de 1945 las víctimas mortales se elevaban ya a 140.000 y la cifra de afectados por la radiación en los años posteriores es difícil de contabilizar.
Nagasaki fue la segunda ciudad de Japón sobre la que EE.UU. lanzó una bomba atómica. Como consecuencia de la explosión el 9 de agosto de 1945 murieron en total al menos 70.000 personas y la ciudad fue prácticamente borrada de la faz de la tierra.
Comentario: Mientras EE.UU. mostró su costado más oscuro en la visita de Obama, Vladimir Putin sigue a paso firme trabajando en recomponer la relación con la nación nipona y establecer un real lazo de cooperación entre ambos países. Nos preguntamos cuán bien le caerá esto a EE.UU...