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El Nikkei se desplomó 10,5% en el tercer peor día de su historia. El temor a una crisis nuclear puso en guardia a los inversores del mundo. Pero en la apertura, las acciones japonesas recuperaban 6% en lo que promete ser una rueda de rebote.

El pánico por el desastre en Japón terminó por expandirse al resto de mundo y ayer el martes fue negro para todas las bolsas . La amenaza de una crisis nuclear, que vino a sumarse a la preocupación por los costos económicos derivados de la tragedia, pegó de lleno en todos mercados a diferencia de lo ocurrido el lunes, cuando el derrumbe parecía restringido a la plaza nipona. Pero hoy promete ser una rueda de rebote. Al menos la apertura de Tokio mostraba a última hora de ayer subas de 6% que claramente responden a compras de oportunidad tras la debacle.
Pero ayer la historia fue otra. El Nikkei llegó a hundirse más de 14%, aunque terminó con una pérdida de 10,5%, la tercera más importante desde su creación.

No alcanzaron los esfuerzos desesperados de las autoridades del país por tratar de revertir semejantes pérdidas. El Banco Central de Japón volvió a inyectar liquidez y puso a disposición otros u$s 100.000 millones en concepto de emergencia –el lunes el gobierno había volcado un récord de u$s 183.000 millones–. Pero el salvavidas no alcanzó.

El resto de las bolsas asiáticas se hizo eco: Hong Kong perdió 2,9%, Shangai retrocedió 1,4% y Singapur terminó 2,8% abajo. Entretanto, en el Viejo Continente, las bolsas llegaron a perder hasta más de 5% en las primeras horas del día. Hacia el final del día, sin embargo, lograron recortar pérdidas, pero terminaron de todos modos en mínimos de 3 meses y medio. Alemania fue la más afectada con una caída de 4%. Le siguieron las bolsas de Suiza, Francia, Italia y holanda, con pérdidas de 2,81%, 2,68, 2,62% y 2,45%, respectivamente.

Más tarde, el efecto dominó llegó a Wall Sreet donde los descensos rozaron casi 3%. De hecho, antes del inicio de la rueda, las duras caídas en los mercados del mundo hicieron que la New York Exchange invocara la llamada “Rule 48”, que habilita a la bolsa a suspender las negociaciones en caso de extrema volatilidad. Pero hacia mitad de la rueda las caídas menguaron luego de que la Reserva Federal (Fed) diera un panorama positivo sobre la economía doméstica (si bien omitió cualquier referencia al desastre japonés).

También ayudó a atenuar el derrumbe la sensación de que el impacto del terremoto en los mercados bursátiles sería temporal. Así, el Dow Jones cayó 1,15%, mientras que el S&P500 perdió 1,12% y el Nasdaq retrocedió 1,25%.

El nerviosismo también afectó el precio del petróleo. La delicada situación de la tercera economía mundial y tercer consumidor energético, impactó sobre el barril de Texas, que se hundió 4% hasta u$s 97, contrarrestando el efecto que días atrás había tenido la crisis en Medio Oriente. En tanto, los bonos del Tesoro de Estados Unidos volvieron a actuar como refugio y subieron de precio, por lo que el rendimiento bajó de 3,36% a 3,22%.