El Ejército de Filipinas libera una municipalidad de manos de la banda Maute, vinculada al grupo terrorista EIIL (Daesh en árabe), matando a 35 de sus miembros.
© Hispan TVSoldados del Ejército de Filipinas fotografiados con una bandera del grupo terrorista takfirí EIIL (Daesh, en árabe).
Las Fuerzas Armadas filipinas han bombardeado este lunes las posiciones de Maute en Butig, en la provincia de Lánao del Sur, que había caído el sábado bajo control de la banda, según informa la agencia iraní de noticias
Irna, citando al portavoz del Ejército filipino, el general Felmon Tan.
El sábado, unos 300 terroristas de Maute ocuparon Butig, con lo que unos 17.000 residentes se vieron obligados a abandonar sus viviendas, según las explicacioens del alcalde, Dimnatang Pansar.
Ayer domingo, en el segundo día de las operaciones para liberar Butig —comenzadas desde el mismo sábado—, las fuerzas gubernamentales filipinas lograron matar a por lo menos a 11 miembros de Maute y herir a cinco de ellos.
Según Tan, al final de las operaciones —que contaron con apoyo de artillería y en las que resultaron heridos 13 efectivos del Ejército—, los soldados filipinos bajaron la bandera negra del Maute e izaron la nacional.
Por otra parte, este mismo lunes en Manila (capital de Filipinas), agentes policiales detonaron de forma controlada una bomba casera encontrada en un basurero cerca de la embajada estadounidense, según la agencia británica de noticias
Reuters. Fuentes de los cuerpos de seguridad han declarado que los responsables podrían ser miembros de Maute.
A mediados del mes en curso,
el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, advirtióde la posible llegada a su país de integrantes del grupo terrorista Daesh, tras ser expulsados de Irak y Siria. Maute y Abu Sayyaf son dos ramas de EIIL que perpetran atentados y
secuestros en el país insular.
El Gobierno de Filipinas considera a los miembros de Maute autores del
atentado que en septiembre causó 14 muertos y más de 60 heridos en la ciudad de Dávao, en el sur del país.
Comentario: Duterte es un objetivo de Occidente porque no se ajusta al prototipo occidental ni se comporta como un lacayo obediente. Estos varios incidentes amenazantes que han estado ocurriendo en Filipinas posiblemente son un mensaje para controlarlo y ponerlo de vuelta en la línea establecida.
Implantar la propaganda contra Duterte es esencial para preparar el terreno de una guerra híbrida en contra del presidente filipino. Andrew Korybko, de
The Duran escribe lo siguiente:
Este es precisamente el tipo de escenario que EE.UU. espera generar, pronosticando que le proporcionará al Pentágono una cómoda "justificación" "anti-terrorista" para apuntalar su "Pivote a Asia".
Al tratar de aprovechar lo más posible esta eventualidad, los medios de comunicación en Occidente ya están tejiendo una narrativa sugerente para el resto del mundo; dando a entender que cualquier alza futura del terrorismo podría ser atribuible a la lucha por parte de "demócratas desesperados" en contra de una "dictador irremediable". De esta manera, los terroristas salafistas serán pintados como "luchadores por la libertad contra Duterte; de la misma manera en que lo hicieron contra el presidente Assad en 2011.
La guerra de la información de la revolución de color ha fallado dentro de Filipinas. Sin embargo, la razón por la que todavía está siendo brutalmente peleada en los medios de comunicación global, es la de convencer al público internacional que la "despótica" guerra de Duterte en contra de las drogas está generando una resistencia armada "democrática"; lo que busca "legitimar" el uso del terror y engañar deliberadamente a la audiencia extranjera para que apoyen la guerra híbrida incipiente.
Duterte deberá ser estratégico al lidiar con las fuerzas internas que pueden ser utilizadas por Washington para socavar sus intentos de lograr una verdadera independencia, ya que, al no lograr reducir la gran popularidad del presidente en su país, EE.UU. debe acudir a una "oposición" indignada (posiblemente terroristas) que se "alza en armas contra el gobierno" al que están tildando de tirano (¿les parece una historia repetida?).
Comentario: Duterte es un objetivo de Occidente porque no se ajusta al prototipo occidental ni se comporta como un lacayo obediente. Estos varios incidentes amenazantes que han estado ocurriendo en Filipinas posiblemente son un mensaje para controlarlo y ponerlo de vuelta en la línea establecida.
Implantar la propaganda contra Duterte es esencial para preparar el terreno de una guerra híbrida en contra del presidente filipino. Andrew Korybko, de The Duran escribe lo siguiente: Duterte deberá ser estratégico al lidiar con las fuerzas internas que pueden ser utilizadas por Washington para socavar sus intentos de lograr una verdadera independencia, ya que, al no lograr reducir la gran popularidad del presidente en su país, EE.UU. debe acudir a una "oposición" indignada (posiblemente terroristas) que se "alza en armas contra el gobierno" al que están tildando de tirano (¿les parece una historia repetida?).