La Cancillería rusa ha emitido un comunicado este lunes en el que advierte que los repetidos llamamientos occidentales a un alto el fuego en el este de Alepo no son sino intentos por salvar a los terroristas.

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"Los llamamientos de varias capitales occidentales a suspender la operación antiterrorista en Alepo oriental hacen pensar cada vez más en un último y desesperado intento de defender y salvar a los terroristas y extremistas".

La Cancillería rusa duda de la "supuesta preocupación" occidental por la situación humanitaria en la zona, y denuncia así una "campaña de propaganda" de Francia y el Reino Unido contra las exitosas operaciones antiterroristas del Ejército sirio en la parte oriental de la ciudad de Alepo (norte de Siria).
"Quisiéramos expresar nuestra perplejidad e indignación por la campaña de propaganda que realizan París y Londres debido a su supuesta preocupación por las hostilidades continuas en Alepo oriental, garantizar la seguridad de la población civil y enviar ayuda humanitaria", añade el comunicado.
El Ministerio ruso de Exteriores subraya que los grupos extremistas —apoyados por Occidente— recurren a "todo tipo de métodos para conseguir sus objetivos". "Son precisamente ellos los que siguen utilizando a la población como escudos humanos, atacando y minando la infraestructura civil y los corredores humanitarios", añade el texto.

La Cancillería rusa se dirigió además a Francia y el Reino Unido diciendo que el Ministerio ruso de Defensa y el Centro ruso para la Reconciliación en Siria ya están resolviendo los problemas de la población de Alepo y distribuyendo ayuda humanitaria a la población no sólo "en palabras", sino en la práctica.

El comunicado se publica en respuesta a la reunión mantenida el mismo día en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) sobre un proyecto de resolución sobre la situación en Alepo, en el norte de Siria.

El proyecto, presentado por Egipto, España y Nueva Zelanda pero vetado por Rusia y China, contemplaba un alto el fuego de siete días para facilitar, entre otras cosas, la llegada de ayuda humanitaria a los civiles atrapados en dicha urbe.

El canciller ruso, Serguei Lavrov, que tachó de "provocación" la resolución, se mostró convencido de que los extremistas habrían usado la pausa para reconstruir sus fuerzas y complicar el proceso de la liberación de la zona por parte del Ejército sirio, además de alargar el sufrimiento de los ciudadanos de Alepo.