Comentario: Antes de seguir, solamente advertimos que Newsweek no necesariamente es una publicación seria y fidedigna. Tenga en cuenta que hace no tanto tiempo, justo después de las elecciones en EEUU, Newsweek lanzó ejemplares que mostraban a Hilary como presidenta en su portada, los cuales habían sido impresos antes de siquiera saber el resultado de las elecciones porque "Hilary era la favorita" según explicó el redactor jefe de dicho semanario. ¿Para quién era la favorita, para la gente o para el periódico? Claramente la gente ha votado por Trump, así que habrá sido una preferencia editorial o un tremendo error de cálculo que revela lo desconectados que están de la realidad que dicen reportar.
Cabe suponer que el general, al igual que muchos excompañeros de armas encuadrados en la cúpula de las empresas de armamento estadunidense, trata de incidir en las políticas de defensa de los Estados miembros de la OTAN, reprendidos por no incrementar sus respectivos presupuestos militares. Conviene señalar que la maquinaria de propaganda atlantista no escatima esfuerzos a la hora de denunciar la concentración de unidades motorizadas del ejército ruso en la frontera occidental. Se califica a las maniobras aéreas y navales rusas de provocaciones cuando no de amenazas para la integridad territorial de los nuevos socios orientales de la Alianza - Polonia, Rumania, Bulgaria y los Estados bálticos - . La revista Jane's, especializada en asuntos de defensa e inteligencia militar, recomienda a los integrantes del flanco Este de la OTAN que modernicen su armamento. Se trata de inversiones del orden de miles de millones de dólares.
Apenas se menciona en los artículos de la prensa occidental la presencia de tropas de la OTAN en los confines de Rusia: aviones de combate, instalaciones del escudo antimisiles, carros blindados provenientes de las bases de Alemania y Holanda, equipos de vigilancia electrónica. Obviamente, la Alianza defiende sus fronteras. Algunos dirán, empleando una gran dosis de cinismo, que el mérito de Barack Obama, Premio Nobel de la Paz, es de haber ocupado la mitad de Europa sin pegar un solo tiro. Pero tampoco hay que caer en la trampa de la excesiva simplificación de las políticas geoestratégicas.
Cierto es que este infatigable movimiento de alfiles y peones en el tablero de la vieja Europa preocupa a los actuales inquilinos del Kremlin y la Casa Blanca. El previsible cambio de rumbo de la política exterior estadunidense tras la elección de Donald Trump obligó a Rusia a poner las cartas sobre la mesa.
Rusia no necesita enemigos, declaró a primeros de diciembre el presidente Vladimir Putin, al presentar la nueva doctrina de la política exterior de su país. Añadió el dignatario ruso que Moscú no tiene intención alguna de involucrarse en confrontaciones geopolíticas, pero que la Madre Rusia - potencia mundial - no dudará en defender sus intereses.
He aquí algunas de las directrices recogidas en el memorándum sobre la nueva política exterior del Kremlin:
- Luchar contra la presión política y económica de Estados Unidos y sus aliados, que desembocan en la desestabilización global;
- Seguir colaborando con la Unión Europea, socio político e interlocutor económico de Moscú;
- Abrir el diálogo con Canadá sobre la desmilitarización de la región del Árctico;
- Lograr la estabilidad política en Oriente Medio y el Norte de África;
- Elaborar un tratado internacional sobre la desmilitarización del espacio extraterrestre;
- Frenar cualquier intento de injerencia en los asuntos internos de Rusia;
- Establecer, en la medida de lo posible, relaciones de cooperación con la OTAN;
- Incrementar la seguridad informática del país;
- Considerar que el escudo antimisiles desplegado por Estados Unidos representa una amenaza para la seguridad de la Federación Rusa;
- Negociar un tratado sobre la indivisibilidad de la seguridad en el Atlántico Norte;
- Reaccionar con fuerza ante cualquier acción hostil de Estados Unidos;
- Fortalecer los lazos con los países de América Latina y el Caribe; y
- Desarrollar las relaciones con Ucrania.
Habrá que esperar unas semanas - pocas - para descubrir los ases de la baraja de Donald Trump.
¿La estabilidad del Viejo Continente? Dependerá, muy probablemente, de los designios de Washington y de Moscú. En este caso, los demás actores sólo tienen derecho, como en el póker, a la... jugada del muerto.
Comentario: Es cierto que gran parte de la estabilidad mundial depende de los designios de Washington con Donald Trump y la reacción de Rusia. En este sentido, debemos tener en cuenta que Rusia se ha mostrado bastante tolerante ante las acciones agresivas de la OTAN/EEUU hasta el momento y que, por lo tanto, no pareciera que debiéramos temer una acción desestabilizadora por parte de Moscú. En cuanto a Donald Trump, si su discurso no es más que un discurso, podríamos esperar que las relaciones entre ambas potencias mejoren aunque sea un poco, pero no debemos olvidar que incluso si Trump quiera cambiar algunas cosas de la política exterior estadounidense, se deberá enfrentar a un complejo-militar industrial bien establecido al que no le gustará nada esa idea. ¿Por qué piensan que están haciendo de todo para deslegitimar su presidencia y crear numerosos obstáculos en su camino?
Sin embargo, cabe resaltar el hecho de que no toda la responsabilidad recae ante estos dos países únicamente, también existen otros como, por ejemplo, Turquía, China y la India (en cierto grado) que, si bien dependen en gran medida de lo que hagan EEUU y Rusia, tienen un rol bastante importante en la geopolítica y sus acciones también influyen en lo que sucede y deja de suceder.
Vea por ejemplo: