Las fuerzas aéreas rusas y turcas llevaron a cabo su primera operación aérea conjunta para eliminar una agrupación del ISIS en los suburbios de la aldea de al-Bab, en la provincia de Alepo.

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La operación aérea, coordinada con el lado sirio, involucró a 9 aviones de ataque de las fuerzas aéreas de Rusia, incluyendo cuatro SU-24M, cuatro SU-25 y un SU-34, y ocho aviones turcos, cuatro F-16 y cuatro F -4's. 36 blancos fueron atacados.

Los objetivos y la operación fueron acordados por adelantado por el personal general y los comandos de la fuerza aérea de los dos países.

El 9 de enero se firmó un memorando entre los ministerios de defensa de Rusia y Turquía, en una señal del nuevo nivel de cooperación bilateral.

El documento define los mecanismos de coordinación y cooperación entre la fuerza aérea rusa y la fuerza aérea turca contra objetivos y acciones terroristas con el objetivo de prevenir incidentes, mientras que aviones y aviones no tripulados estén en el espacio aéreo de Siria .

En realidad, se trata de algo más que de Siria. Las consultas entre las dos delegaciones en el Ministerio de Defensa de Rusia demuestran una mayor atmósfera de confianza. A pesar de los intentos de los atlantistas por arruinar los lazos bilaterales (el último incidente fue el asesinato del embajador de Rusia en Turquía en diciembre de 2016), los dirigentes de los dos países están haciendo todo lo posible para neutralizar las amenazas y las provocaciones externas.

En Turquía, el lobby pro-americano y la FGTO continúan tratando de organizar ataques. En Rusia, la situación es más favorable, aunque algunas organizaciones y medios de comunicación deliberadamente distorsionan los hechos para imponer al público una opinión negativa de Turquía y su liderazgo.