Similitudes. a 25 años de tragedia nuclear en Chernóbil. Mientras Japón trata de minimizar la catástrofe, en Ucrania nuevas generaciones aún sufren las consecuencias del accidente en Chernóbil.

La crisis nuclear de Japón, que ocurre en vísperas del 25º aniversario de la catástrofe de Chernóbil, es la crónica de un desastre anunciado y recuerda la insistencia humana en tropezar dos veces con la misma piedra, dice Santiago Camacho, autor de un libro sobre el accidente de la central ucraniana.
"Es preocupante que en el llamado mundo libre los intereses de la industria nuclear sean tan enormes que en un país democrático como Japón, esos intereses consigan que la información sea casi tan opaca como en la Unión Soviética en el momento del accidente de Chernóbil", subraya este escritor español.

En el tema nuclear "nos pierde la soberbia y no hemos aprendido nada a pesar del tiempo. Al igual que entonces, los ingenieros soviéticos creían que Chernóbil podría aguantar todo lo imaginable, ahora tampoco los japoneses se habían planteado que podría llegar el día en que lo inimaginable pudiera suceder", añade.

Camacho denuncia "la doble moral" de muchos expertos nucleares que "tratan de minimizar" en sus intervenciones lo que ocurre en torno a la central de Fukushima, dañada por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo, mientras fuera de micrófono reconocen la extrema gravedad del suceso.

"Esto nos demuestra que el lobby nuclear es muy poderoso y que la crisis de Fukushima no es evaluada en su justo término. Pero las escenas de esos 'voluntarios' que intentan evitar una catástrofe mayor en la central nipona no están tan alejadas de aquellas de los 'liquidadores' que ofrecieron sus vidas para paliar el accidente de Chernóbil", explica.

25 años después

Camacho publica ahora el libro Chernóbil. 25 años después (Debate), un conmovedor itinerario sobre el mayor accidente nuclear de la historia, ocurrido el 26 de abril de 1986, pero cuyos efectos, afirma, aún se ciernen como una espada de Damocles sobre el futuro, no solo de Ucrania, sino de buena parte de Europa.
Al estallar, por una mezcla de errores humanos y técnicos, el reactor número 4 de la planta de Chernóbil lanzó a la atmósfera una cantidad de energía 500 veces superior a la liberada por las explosiones de Hiroshima y Nagasaki, asegura Camacho en su libro.

El balance mortal podría pasar ya de las 100,000 personas.

Camacho cita a Mijaíl Gorbachov, mandatario de la URSS cuando ocurrió el desastre, quien afirmó que "Chernóbil durará hasta la segunda venida de Jesús".

400% más casos de cáncer

Santiago Camacho viajó al escenario del desastre con el apoyo de la Asociación Chernobileko Umeak, una organización no gubernamental española que acoge anualmente a niños y niñas afectados por la catástrofe.

El escritor español explica que los niveles de contaminación del entorno en que viven estos niños ucranianos siguen siendo intolerables y cita algunas cifras estremecedoras: entre las víctimas adultas oficiales de Chernóbil, la tasa de mortalidad ha aumentado 400% desde 1987 y la muerte por cáncer, 300%. Los problemas de tiroides, 400% y las enfermedades respiratorias, hasta un 2,000%.