RTjue, 16 feb 2017 13:23 UTC
The Intercept cataloga como "personas sin creencias reales" a quienes especulan en torno a la conversación telefónica de Michael Flynn con el embajador ruso en Washington y elogian la filtración de su contenido.© Sott.netHéroes o traidores según convenga al Estado Profundo
La dimisión del asesor del presidente en Seguridad Nacional, Michael Flynn, ha revelado que los funcionarios de Estados Unidos cambian de postura en torno a las filtraciones de información clasificada tan pronto como puedan sacar algún provecho de ellas, opina el renombrado periodista Glenn Greenwald.
Los mismos representantes de los dos principales partidos que pedían castigar a Edward Snowden, Chelsea Manning, Tom Drake y otros denunciantes de las irregularidades de la presidencia de Barack Obama elogian hoy a quienes
hicieron pública la información clasificada que provocó la renuncia de Flynn.
En opinión de Greenwald, no es otra cosa que "
un sórdido y cobarde juego de Washington", según dice un artículo publicado en el blog
The Intercept:
Las personas sin creencias reales adoptan descaradamente opiniones diametralmente opuestas sobre las cuestiones políticas fundamentales exclusivamente en función de si eso ayuda o perjudica a sus líderes. Por lo tanto, los mismos demócratas que hace solo tres meses valoraban la filtración ilegal como un pecado grave hoy lo ven como un acto de resistencia heroica.
Lo más probable es que
no fueran nada nobles los motivos de las personas que expusieron las supuestas mentiras del exasesor, admite el periodista a quien Edward Snowden reveló las prácticas de la NSA. Tanto Flynn como Trump tienen muchos enemigos en los servicios de inteligencia y en el Pentágono, puede tratarse de una venganza, dice Greenwald. Sin embargo, si el lector no se enfoca en los motivos ocultos y solo busca los resultados, entonces cualquier fuga de datos que permite exponer "un acto inmoral de alto nivel" más bien merece respeto, que desdén y castigo.
El artículo destaca que el columnista de
The Washington Post David Ignatius fue el primero en citar los detalles de la conversación telefónica de Flynn con el embajador de Rusia en EE.UU., Serguéi Kislyak. Es un periodista conocido por sus
contactos con fuentes anónimas en la CIA, recuerda Greenwald.
Esta vez hizo referencia a un "alto funcionario del Gobierno" y el autor considera que ese alto funcionario
cometió un delito grave al divulgar el contenido de la conversación diplomática. No son nada menores los delitos cometidos por otros nueve funcionarios y exfuncionarios que ofrecieron a los medios los pormenores de la charla telefónica.
Greenwald no pide castigarlos a todos por aquellos delitos. A su juicio,
las filtraciones estuvieron justificadas.
Mientras tanto, el propio presidente calificó de "acto criminal" la fuga de datos recogidos por los servicios de inteligencia sobre Flynn. Trump catalogó como "muy injusto" lo que pasó con su exasesor y afirmó que los documentos fueron filtrados "de forma ilegal".
Comentario: Una muestra más del doble rasero de el
establisment norteamericano y sus agentes. Las filtraciones son esencialmente malas y llevadas a cabo por traidores a la patria cuando pone en evidencia la trama perversa de este Estado Profundo que gobierna el Imperio de Occidente. Pero cuando sirve para sus fines privados y
non sanctos, es decir cuando favorecen su agenda oculta de dominación y control del mundo, estas rebelaciones y sus perpetuadores son heroicas.
Nos queda la fuerte sensación de que la remoción de Michael Flynn de su cargo provocada por un escandalete mediático de dudosa veracidad, es parte de una operación tendiente a enderezar el "trasatlántico" que por momentos pareció capitanear Donald Trump. Al parecer los últimos movimientos del
establishment (buena parte de ellos tras bambalinas) parecen estar cambiando el curso de lo que el empresario sugirió como parte de su visión durante la campaña electoral. Hacer las paces con Rusia, aceptar como legal la incorporación de Crimea, retirar el apoyo a Ucrania,... estas y otras cuestiones parecieron ser las intenciones de Trump hasta enero, pero a partir de su asunción como primer mandatario de EE.UU. su propósito parece estar virando hacia una actitud cada vez más complacientes con los poderes fácticos transnacionales que han gobernado a la "gran nación americana" y conducidos los hilos del mundo durante muchas décadas.
Solo resta observar y esperar como se desenvuelven los hechos, pero dado el actual estado de los acontecimientos todo parece sugerir que nuestra "maravillosa" civilización dejará pasar una vez más la oportunidad de redimirse y rebelarse contra quienes claramente son responsables de su esclavitud y miseria.
Para más muestras la hipocresía descollante del Imperio vea:
'Hipocresía nivel Dios': la CNN cambia su postura sobre Manning tras la decisión de Obama
Doctorado en hipocresía: cómo medios hacen de la doble moral un arte
El G7, cumbre de la hipocresía occidental
Cuando reina la hipocresía: detrás de esas fotos de niños
Genuina hipocresía made in USA
Criminalidad policial e hipocresía en EEUU
Hipocresía psicopática: EE.UU. arma a Israel mientras "critica" los bombardeos sobre Gaza
Comentario: Una muestra más del doble rasero de el establisment norteamericano y sus agentes. Las filtraciones son esencialmente malas y llevadas a cabo por traidores a la patria cuando pone en evidencia la trama perversa de este Estado Profundo que gobierna el Imperio de Occidente. Pero cuando sirve para sus fines privados y non sanctos, es decir cuando favorecen su agenda oculta de dominación y control del mundo, estas rebelaciones y sus perpetuadores son heroicas.
Nos queda la fuerte sensación de que la remoción de Michael Flynn de su cargo provocada por un escandalete mediático de dudosa veracidad, es parte de una operación tendiente a enderezar el "trasatlántico" que por momentos pareció capitanear Donald Trump. Al parecer los últimos movimientos del establishment (buena parte de ellos tras bambalinas) parecen estar cambiando el curso de lo que el empresario sugirió como parte de su visión durante la campaña electoral. Hacer las paces con Rusia, aceptar como legal la incorporación de Crimea, retirar el apoyo a Ucrania,... estas y otras cuestiones parecieron ser las intenciones de Trump hasta enero, pero a partir de su asunción como primer mandatario de EE.UU. su propósito parece estar virando hacia una actitud cada vez más complacientes con los poderes fácticos transnacionales que han gobernado a la "gran nación americana" y conducidos los hilos del mundo durante muchas décadas.
Solo resta observar y esperar como se desenvuelven los hechos, pero dado el actual estado de los acontecimientos todo parece sugerir que nuestra "maravillosa" civilización dejará pasar una vez más la oportunidad de redimirse y rebelarse contra quienes claramente son responsables de su esclavitud y miseria.
Para más muestras la hipocresía descollante del Imperio vea:
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