BUENOS AIRES (Sputnik) — A poco de cumplir sus primeros cien días de Gobierno de EEUU, el presidente Donald Trump ha dado un viraje en sus políticas al ceder a las presiones de los grupos de poder establecidos en su propio país, explicó a Sputnik el historiador argentino Pablo Pozzi.

"Trump ha decidido que no puede mantenerse en el Gobierno con la política que lo llevó a ganar las elecciones, y eso ha implicado un cambio total en términos de su discurso y de las políticas implementadas", señaló Pozzi, doctor en Historia y titular de la cátedra de Historia de los Estados Unidos en la Universidad de Buenos Aires.
donald trump
© REUTERS/ Toru Hanai
En política interna, el magnate republicano ha intentado eliminar el programa de salud conocido como "Obamacare", sin lograrlo, y pretende "priorizar la industria nacional, aunque más allá de algunas medidas cosméticas, por ahora no se ha visto", que lo esté haciendo, planteó.

Aunque ha encontrado una gran oposición en sus propuestas migratorias, Trump ha logrado de momento aplicar una serie de restricciones, más allá de sus promesas de construir un muro en la frontera con México, una muralla que comenzó el expresidente Bill Clinton (1997-2002) y que ya existe a lo largo de 1.300 kilómetros.

En política exterior el mandatario tenía la intención "de mejorar las relaciones con Rusia, enfocarse en Daesh (autoproclamado Estado Islámico, grupo terrorista proscrito en Rusia y otros países) y el terrorismo, y confrontar con China más directamente", señaló.

Sin embargo, Trump tuvo que hacer frente a las acusaciones de ser "títere" de Rusia, y de que Moscú había intervenido las elecciones presidenciales "pese a que no había la menor prueba" de ello, afirmó el historiador.

Tras ciertas presiones, las renuncias de algunos de sus consejeros y asesores, y la campaña de grandes medios de comunicación en su contra, el mandatario dio marcha atrás en esta suerte de recomposición del vínculo con el Kremlin.

"(Trump) está elevando los niveles de enfrentamiento con Rusia mientras parece que tras la reunión con el presidente chino Xi Jiping", Daesh "pasó a un segundo plano y ha vuelto a la vieja política" del expresidente Barack Obama (2009-2017), sostuvo.

De acuerdo a esa estrategia, "cuando Siria crece, los estadounidenses le dan aire" a Daesh, "y cuando ese grupo terrorista se recupera, lo atacan para mantener lo que (el expresidente) George Bush denominaba como la "inestabilidad organizada", lo que dificulta la vida del resto del mundo", detalló.

Presión dominante

Frente a la presión de poder, concentrado en Washington y en instituciones como los diarios The New York Times y The Washington Post, "que retienen un nivel de poder notable, que no es democrático", acotó Pozzi, "Trump ha cedido y se ha pasado a la postura de (su rival en las elecciones y exsecretaria de Estado) Hillary Clinton".


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Dos días antes del bombardeo a una base aérea del Gobierno sirio, Clinton apoyó un ataque a ese país, recordó el historiador.
"Los sectores de poder aparentemente se unificaron frente a esta política exterior de Trump", dedujo Pozzi.
Según el docente, antes del ataque Trump era criticado por racista y misógino; se lo acusaba de poner en peligro la democracia y de ser un títere del presidente de Rusia, Vladímir Putin.

Pero tras el bombardeo, los grandes medios comenzaron a publicar "comentarios en los que se decía que Trump había encontrado la presidencia, y que empezaba a ser serio", indicó.


Comentario: Esto es algo extremadamente preocupante si nos ponemos a pensar en ello. En EEUU, los medios de comunicación no consideran a un presidente como tal hasta que no decida malgastar fondos atacando injustificadamente a un país soberano.


Con este regreso a la política exterior similar a la que llevaron adelante anteriores administraciones, Trump ha evidenciado su cambio de táctica sin ninguna autocrítica que matizara ese cambio.
"Había tres posibilidades cuando asumió Trump: que le sacaran la presidencia a través de un proceso de destitución en una especie de golpe de Estado encubierto; que se mantuviera una situación de pugna entre la estructura de poder dominante y los mercados internistas que apoyan a Trump, o que se convirtiera en un títere".
La realidad parece indicar que el presidente se inclinó por esta última opción, concluyó el historiador.

Trump asumió como presidente de EEUU el 20 de enero de este año.