China planea invertir 2.000 millones de dólares en la construcción de un parque industrial en Siria que dará cabida a 150 empresas chinas.

Así lo anunció el 9 de julio el vicepresidente de la Asociación de Cooperación China-Países Árabes, Quin Yong, durante la primera feria de inversiones con la intención de iniciar proyectos en Siria para su reconstrucción una vez haya finalizado el conflicto.
xi jinping
© REUTERS/ Nicolas Asfouri

El proyecto se está discutiendo actualmente entre el Gobierno de Siria y la Embajada del país en China. El embajador sirio en Pekín ha asegurado que el país asiático, Rusia e Irán tendrán prioridad a la hora de llevar a cabo proyectos económicos en Siria.

El simple hecho de que China haya decidido organizar una feria de inversiones para las empresas chinas en Siria es una prueba inequívoca de que el gigante asiático tiene intereses serios en el país.

El parque se convertirá en una de las iniciativas chinas llamadas a formar parte de la nueva Ruta de la Seda, lo que significa que, a pesar de no conocerse su futura ubicación, probablemente acabe construyéndose cerca de las costas del Mediterráneo.

Sin embargo, los expertos se muestran cautos ante las aspiraciones económicas de China en Siria. Chen Fengying, experto en el Centro de Estudios Económicos del Instituto Chino de Relaciones Internacionales Contemporáneas, habló con Sputnik sobre las implicaciones del gigante asiático en Siria.

Para el experto, la preocupación principal de Damasco es poner fin a la guerra y solucionar los problemas con la oposición armada. Solo entonces, según Fengying, sería posible iniciar la construcción de cualquier infraestructura.

"Opino que todavía es pronto para hablar ahora mismo de construir un polígono industrial. La situación en la que está Siria sumida ahora mismo pide a gritos la renovación del país. Todo está devastado: caminos y casas. Solo después de levantar el país y de solucionar los problemas relacionados con la vivienda y con el bienestar social podremos hablar de recuperar la producción", sentencia Fengying.

Por eso, opina el experto, por ahora es difícil valorar los riesgos que entrama un proyecto como este para el capital chino. Siria pasa por la nueva Ruta de la Seda y si su situación logra estabilizarse "entonces podremos invertir en varios sectores de la economía siria en el marco del proyecto 'Un cinturón, una ruta'", concluye Fengying.

La opinión de Fengying es compartida por Azhdar Kurtov, del Instituto Ruso de Investigación Estratégica de Moscú, y añade que todo dependerá de en qué desemboque el proceso político. También cree que en China saben que si no invierten dinero en la reconstrucción de Siria, que vuelva el radicalismo islamista será mucho más posible.

El politólogo ruso Vladímir Evséyev también cree que China no quiere quedarse a un lado de la reconstrucción del país oriental y que quiere desempeñar un papel importante en la crisis siria. "Por eso hora está dando los pasos que está dando", dice, y recuerda que, hasta que llegó la crisis a Damasco, "China controlaba una parte importante de las infraestructuras petroleras del país", a las que fueron a parar "decenas de miles de millones de dólares".

Las intenciones chinas de no quedarse al margen de la solución del conflicto sirio ya se dejaron ver en el 2016 cuando, por primera vez, el país nombró a un representante especial en Damasco. Desde entonces Xiaoyan ha estado entrevistándose con todas las partes involucradas en la solución del conflicto en el país.

Mientras tanto, el 18 de enero de 2017, el presidente chino, Xi Jinping, anunciaba la asignación de 200 millones de yuanes (29,2 millones de dólares) en ayudar a los refugiados sirios.