El Ejército de EE.UU. se "está desmoronando" debido a la resistencia fanática de sus generales a realizar reformas y modernizaciones acordes a la actualidad, y porque prefieren gastar miles de millones de dólares en programas militares con resultados inciertos, afirma el coronel retirado Douglas Macgregor, en su artículo publicado en la revista 'The National Interest'.
tropas militares
© Goran Tomasevic / Reuters
"El Ejército está en camino de perder más que dinero a menos que el presidente Donald Trump designe a un secretario del Ejército fuerte, bien informado, preparado para imponer responsabilidad a sus generales y exigir un cambio radical (...) El Ejército no necesita a un administrador de fondos, un ingeniero social extravagante u otro ejecutivo de la industria militar comprometido con el negocio", opina Macgregor, experto en historia militar.

El autor del artículo recuerda las maniobras que las unidades aerotransportadas de la OTAN llevarán a cabo este 18 de julio en Bulgaria, cuyo objetivo es apoderarse de un aeródromo 'enemigo' para luego incrementar el poder de combate y la preparación de las siguientes operaciones de la Alianza. Pero para el analista, esta operación en la actualidad sería un acto "suicida".

Según Macgregor, para que estas maniobras en la vida real sean exitosas se requiere de supremacía aérea y marítima, así como superioridad general en el campo de batalla designado. Tratar de capturar un aeródromo ruso, chino o norcoreano terminaría en cuestión de minutos con la aniquilación total de los paracaidistas y las brigadas de vehículos blindados de la OTAN, advierte el experto, para quien los generales estadounidenses "están atrapados en una fantasía de la Segunda Guerra Mundial".

Otro "desastre" del Ejército de EE.UU. es la dispersión de casi 200.000 soldados en África, Asia y Oriente Medio. La dispersión en pequeños destacamentos erosiona seriamente la capacidad del Ejército estadounidense ante una guerra convencional de alto nivel, haciendo imposible disponer inmediatamente de una fuerza equilibrada y eficiente para hacer frente a las primeras fases de una emergencia. El Ejército de hoy está esparcido por el mundo y sus formaciones son reliquias de la Guerra Fría, finaliza Macgregor.