Hasta antes del fin de 2017, más de 600.000 niños rohingyas podrían estar en Bangladés como refugiados que huyen de la represión en su propio país, Myanmar.
Myanmar
"Mientras la demanda de asistencia humanitaria supera la oferta, más de 600.000 niños rohingyas podrían estar en Bangladés a finales de año", así comunicó el sábado la ONG Save the Children.

Tras mencionar el traslado de miles de miembros de la comunidad musulmana Rohingya a Bangladés, la fuente cita los datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y señala que al menos 230.000 de la referida cifra son menores de 18 años.

En este sentido, advierte de la situación de más de 1100 menores no acompañados: algunos separados de sus familias en la huida y otros huérfanos por la muerte de sus padres por la violencia en el estado de Rajine.

En el informe, el responsable de Save The Children en Bangladés, Mark Pierce, expresa su "preocupación" por un colectivo "especialmente vulnerable" a los abusos. Pues, según explica, muchos de estos niños "han visto violencia y muerte" antes y durante su huida.

"Algunos han sido tiroteados, otros han visto sus casas arder. Algunos han visto cómo morían sus padres", lamenta Pierce para luego pedir, además de las ayudas humanitarias, la atención psicológica a los menores.

Seguidamente, llama a la comunidad internacional a enviar ayudas humanitarias rápidas ya que "muchas personas llegan hambrientas, cansadas y sin comida ni agua, después de haber huido de sus casas por miedo a perder la vida".

"Me preocupa especialmente que no se cubra la demanda de comida, refugio, agua e higiene (...) Si las familias no pueden cubrir sus necesidades básicas, el sufrimiento empeorará y podría morir gente", alerta.

Los ataques y la violencia ejercidos por las fuerzas en Myanmar (Birmania) contra la minoría musulmana Rohingya ha provocado un masivo éxodo de refugiados, es decir más de 412.000 personas, dejando además, miles de muertos.

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha advertido hoy domingo de que la líder de facto de Myanmar, Aung San Suu Kyi, tiene una "última oportunidad" para detener el genocidio de los musulmanes rohingyas.