Zapad 2017, las maniobras militares conjuntas de Rusia y Bielorrusia, duraron el tiempo previsto y contaron con la cantidad de efectivos anunciada. No obstante, la cobertura mediática de esos ejercicios en los medios de los países occidentales transmitió una imagen muy diferente, reflexiona Mary Dejevsky, en un artículo para The Independent.

Las maniobras, calificadas como "enormes", dominaron el escenario mediático durante meses, recuerda la autora. Se solía repetir que Zapad 2017 iban a ser los mayores ejercicios militares desde el fin de la Guerra Fría.
zpad 2017
© Sputnik/ Evgueny Biyatov

Los medios extranjeros -europeos y estadounidenses- elevaron la importancia y peligrosidad del simulacro militar a un nivel prácticamente sin precedentes, escribe Dejevsky:
"[Primero] se habló de la cantidad de efectivos. Rusia declaró que iba a haber 12.000 participantes, pero consideraron sus palabras como un 'engaño' y esperaban hasta 100.000 militares. [En segundo lugar] se habló de las intenciones, en particular, de ocupar partes de Ucrania o de los países bálticos".
Una vez leídas todas estas informaciones, podía pensarse que el mundo estaba al borde de la Tercera Guerra Mundial.

Y... ¿qué pasó en realidad?

Los ejercicios acabaron el 20 de septiembre con una notable falta de interés por parte de los medios de los países occidentales.

Los analistas militares estimaron que la cantidad de participantes osciló entre los 10.000 y los 17.000 efectivos. Nadie invadió a nadie, prosiguió la autora:
"En este caso son los rusos quienes ríen los últimos. (...) Al fin y al cabo, han sido las notas occidentales las que difundieron las 'noticias falsas' sobre Rusia. (...) Pues, ¿no es esto una evidencia más de los clichés de la Guerra Fría que siguen existiendo en Occidente?"
La cuestión definitiva que queda sin resolver para las audiencias de los medios occidentales es '¿Cómo?', afirma Dejevsky.

¿Cómo unos ejercicios periódicos, que se realizan cada cuatro años, han sido inflados de una manera tan poco realista?


Comentario: Por que en Occidente no les interesa vivir dentro de la realidad. Ellos necesitan que la amenaza rusa sea percibida como inminente para poder llevar a cabo sus planes hegemónicos globales así como de control interno.


Responsables con autoridad

Según la periodista, puede culparse a los "medios irresponsables", pero no toda la responsabilidad es suya: "los medios apenas inventan sus materiales desde cero: tienen algunas fuentes".

En este caso, fueron personalidades en el ámbito militar quienes difundieron la ola inicial sobre la nueva 'amenaza rusa', asegura la autora.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, advirtió de que Rusia "ha usado las maniobras militares en el pasado como precursores de una operación militar", recuerda Dejevsky.

El ministro de Defensa británico, Michael Fallon, se encontraba entre los que se creían la estimación de los 100.000 participantes.

Varias organizaciones y analistas en Polonia, Ucrania y los países bálticos publicaron informes inflados "por razones comprensibles, debido a su relación histórica con Rusia". Pero su experiencia no validó sus pronósticos hinchados, destaca Dejevsky.

Diferentes estándares

Al fin y al cabo, la exageración, sin ningún tipo de prueba, de un ejercicio rutinario ruso sirvió a los objetivos de una agenda "severamente antirrusa".


Comentario: Algo que suena exactamente igual a las acusaciones en contra de la intervención rusa en las elecciones norteamericanas del 2016: Sin ningún tipo de prueba.


Los ejercicios Zapad 2017 pusieron a prueba una nueva, flexible y ágil estructuración del Ejército ruso. Los militares del país eslavo practicaron el uso de sus modernos equipos electrónicos y de comunicación. Además, también ha sido una especie de feria de armas para potenciales compradores.

Finalmente, "sí, sirvió para demostrar a la OTAN que no hay que meterse con Rusia", es decir, las maniobras tenían absolutamente "el mismo concepto y objetivo que cualquier ejercicio militar de los múltiples que celebran las naciones occidentales", concluyó la autora.