Los estudiantes de Buenos Aires ocupan desde hace un par de semanas una treintena de centros educativos públicos en protesta contra una reforma educativa que busca impulsar el Gobierno. Entienda los motivos de esta medida y cómo se relaciona con la flexibilización del mercado laboral.
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© Internet / The WallEl proyecto educativo de Cambiemos pretende acabar con la educación
Al menos 30 colegios de la capital argentina están tomados por sus estudiantes, que han convocado a una marcha este 22 de septiembre. En apoyo a las reivindicaciones, los docentes decretaron un paro para la misma jornada, contra la polémica reforma 'Secundaria 2030' que busca impulsar el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Amanda Martín, secretaria de la Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior (Ademys), explicó a Sputnik que a criterio de profesores y alumnos esta reforma tiene una serie de "núcleos problemáticos que son cuestionados por la comunidad educativa".

"Se trata de un recorte de contenido: se pasa de materias y disciplinas a lo que se denomina habilidades blandas, es decir, conocimientos superficiales no perdurables, que no tienen que ver con el conocimiento cultura y el arte sino que están vinculadas a las demandas cambiantes del mundo laboral", dijo la representante de los educadores.


Comentario: La idea es quitar el contenido que constituye lo que hasta ahora se conocía como cultura general. Nada de historia, geografía, matemáticas, lenguaje, etc... esas son cosas aburridas y obsoletas que, según estos ideólogos modernos, no son útiles en el mundo del futuro. Sólo se necesita aprender aquello que vaya a ser de utilidad en el trabajo que el joven va a realizar de adulto.


La introducción de la tecnología es otro de los asuntos vidriosos en la cuestión. De entrar en vigor, un 30% del horario será impartido por docentes, mientras que "el 70% restante está a cargo de una figura denominada 'facilitadores mediados por la tecnología'". Esto se relaciona con la educación a distancia y las plataformas educativas.


Comentario: El término "tecnología" es otra de las muletilla que se atan al dedo los nuevos diseñadores de la educación "moderna". Detrás de este aparente interés en el uso de las "nuevas tecnologías" yace la macabra intención de educar a un ejército de amebas apenas pensantes. En vez de introducir la tecnología como complemento educativo y entenderla como una versátil herramienta, la idea es que la tecnología reemplace todo conocimiento de carácter general o específico y el desarrollo de habilidades intelectuales.

Además con este "fantástico" proyecto los docentes pierden protagonismo en el proceso de enseñanza para darle lugar a figuras amorfas llamadas facilitadores que solo dios sabe qué diablos harán con ese 70% del tiempo que estarán a cargo.


Los gremios temen el "reemplazo de docentes por eventuales trabajadores que no necesariamente tengan título" o que se contraten por fuera del convenio colectivo que regula al sector.

Pero el punto que genera más rechazo es la obligatoriedad de que una considerable porción del tiempo de cursada de los dos últimos años de la secundaria se reemplace por pasantías no remuneradas en empresas u organizaciones no gubernamentales. Según Martín, esta medida se relaciona con la flexibilización del mercado laboral en debate en la sociedad argentina.

"Los estudiantes ven que trabajar gratis en empresas es como un ataque al derecho a la educación y un reemplazo de trabajadores [por otros] con menos derechos y salario", comentó la profesora. "Esto está siendo leído como la adaptación de la escuela secundaria a las necesidades cambiantes del mercado laboral", denunció.


Comentario: Este es uno de los aspectos más asquerosos de todo el proyecto. Con la excusa de la inserción en el mundo laboral, lo que verdaderamente se pretende es tener un ejército enorme de trabajadores sin remuneración (osea casi esclavos), y prepararlos psicológicamente para una segura explotación en su vida adulta.


Estos puntos han puesto "en alerta a los estudiantes". En la comunidad educativa consideran que "la reforma no ha sido discutida". En 2018, la administración del jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, busca aplicarla en 17 escuelas piloto "para luego amplificarla al conjunto de las escuelas medias", ilustró Martín.


Comentario: La reforma no sólo no se discutió; hasta el momento sólo circulan folletos de la misma que no ahondan demasiado en cómo se llevarán a cabo en términos prácticos las transformaciones. Muchos han reclamado que el gobierno ha mantenido hasta el momento en la oscuridad los textos definitivos esperando poder implementar las reformas saltando la etapa de debate público sobre las mismas.


En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), donde viven 2,9 millones de personas, hay 231.942 alumnos matriculados en la educación secundaria. De ellos, 132.715 estudian en establecimientos públicos. La portavoz de Ademys dijo que desde el ministerio de Educación de la capital "ha vedado el diálogo en la comunidad educativa" y "se dice que no hay consulta posible" sobre la pertinencia.

El 20 de septiembre, los estudiantes se reunieron con las autoridades educativas, pero las negociaciones para la desocupación de los colegios fracasó ya que no se dio a los alumnos "ningún tipo de garantías de lo que solicitan". Además, la CABA implementó una reforma hace pocos años "que fue muy resistida" y que no contempló las ideas de los estudiantes.

El tema está siendo fuertemente debatido en los medios de comunicación. A criterio de Amanda Martín, "hay un operativo mediático frente a las ocupaciones", que busca "oponer a las familias a favor y en contra (...) para estigmatizar y desprestigiar a los estudiantes y a la comunidad educativa.