El ministro sirio de Exteriores, Walid Mualem, aseguró que su Gobierno reclamará la disolución de la coalición liderada por Estados Unidos que siembre destrucción en su país.
siria
© REUTERS/ Khalil Ashaw
"La coalición estadounidense destruye metódicamente la infraestructura económica (de Siria) por lo cual exigiremos que se disuelva", dijo Mualem en una reunión con su par ruso, Serguéi Lavrov.

El canciller sirio denunció que los bombardeos aéreos estadounidenses en Al Raqa y Deir Ezzor dejaron miles de víctimas civiles, entre ellas mujeres y niños.

La coalición estadounidense, subrayó, destruye en Siria todo menos a Daesh (grupo terrorista autoproclamado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países)


Estados Unidos, sostuvo Al Mualem, utiliza esta coalición para sembrar destrucción y prolongar al máximo la guerra en el país.

La coalición ha admitido solo la muerte de 735 civiles por sus bombardeos.

La coalición estadounidense, subrayó, destruye en Siria todo menos a Daesh (grupo terrorista autoproclamado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países).

Asimismo, Damasco no permitirá que los kurdos violen la soberanía de Siria sobre los campos petroleros, afirmó el canciller sirio.


"Ahora los kurdos de hecho disputan al Ejército sirio el control sobre los campos petroleros; ellos saben perfectamente que Siria no permitirá bajo ningún concepto violar su soberanía nacional", dijo.

Añadió que ahora los kurdos están "ebrios con la ayuda y el apoyo estadounidense, pero hay que entender que esta ayuda no durará para siempre".


Además afirmó que en toda la historia del problema kurdo, que dura ya más de cien años, los kurdos nunca han logrado que algún Estado sea su socio fiel.

En marzo de 2016 los kurdos proclamaron la Federación del Norte de Siria (Rojava), compuesta por tres cantones. La iniciativa kurda no fue reconocida por Damasco.

Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.

Las hostilidades causaron más de 400.000 muertos, según las estimaciones del enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura.