(España) - En una entrevista de eldiario.es a Alberto Garzón con motivo de sus nuevo libro Por qué soy comunista, el líder de Izquierda Unida se ha pronunciado sobre Cataluña.
Alberto Garzón, frente al cuadro 'El abrazo' en el Congreso
© Marta JaraAlberto Garzón, frente al cuadro 'El abrazo' en el Congreso
En España ahora todo pasa por Catalunya. ¿Cómo se afronta un conflicto así desde la visión comunista? ¿Cómo se relaciona hoy el comunismo con el independentismo?

Desde el punto de vista meramente teórico no hay un punto de referencia común. Marx defendió de forma instrumental el derecho de autodeterminación de Polonia. Sobre Irlanda, primero lo negó y luego lo afirmó. Marx también escribió con Engels aquella famosa frase de "proletarios del mundo, uníos". Y en la tradición marxista hay prácticamente de todo. Lenin defiende el derecho de autodeterminación pero de forma instrumental y Rosa de Luxemburgo es todo lo contrario, absolutamente reacia. Los más hábiles e inteligentes son lo austromarxistas que hacen investigaciones más precisas. Pero no vamos a encontrar en la teoría más que determinadas herramientas que arrojen algo de luz porque está plagada de economicismo.

Para mí lo primero es entender que la construcción de una nación es una construcción social. La nación no existe como un elemento material. Hay quien se siente catalán y quien se siente de otra nación. Nosotros defendemos un país plurinacional pero eso implica, y una parte de la izquierda lo olvida, que eso implica que existe una nación catalana pero también una nación española. No se puede decir simplemente que España es una cárcel de pueblos, sino que integra determinadas concepciones e identidades nacionales que a veces están en conflicto.

¿Cuál es el principal peligro del proceso en su opinión?

Yo no soy nacionalista y no me identifico con ninguna versión nacionalista de la historia por muy a la izquierda que esté. Creo que el proceso independentista catalán es erróneo porque la independencia de Catalunya no va a permitir a las clases populares catalanas vivir mejor ni les va a permitir emanciparse del capitalismo. Cualquiera que lea la Ley de Transitoriedad pactada por Puigdemont con ERC y la CUP se da cuenta de que estamos ante la separación de una de las partes más ricas del Estado. Y cuando el derecho de autodeterminación lo exigen las partes más ricas hay que tener un elemento de sospecha.

Este proceso está demostrando otro error de la historia y es que un nacionalismo llama a otro de signo contrario. El rebrote nacionalista español es producto a su vez del rebrote del catalán, que a su vez lo era de forma dialéctica con el español promovido hace mucho tiempo por las estructuras del conjunto del Estado. Esto nos conduce a un escenario en el que no se debate de los elementos materiales y sociales. Se ha ocultado todo lo que tiene que ver con la corrupción, con la sanidad, la educación, el desempleo y la precariedad. Todo ha pasado un segundo plano. Y ves cómo aquellos que se movilizaban en Catalunya a favor de la educación pública y eran golpeados por los Mossos d'Esquadra de repente están haciendo una movilización a favor de los mismos mossos en un contexto en el que los que se lo están llevando a su terreno son los de siempre.

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