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© Nerea MazkiaranFrancisco Guridi muestra el aerolito hallado junto a su casa.
Hace ahora 16 años, Francisco Guridi realizó una pequeña excavación en las inmediaciones de su casa, en el término de Zuntaipe en Alsasua, para instalar unas colmenas.

Entonces encontró enterrada una curiosa piedra. "Al principio me pareció que podía ser escoria de fundición o diferentes piedras unidas por cemento. Lo que más me sorprendió era su peso. Era un material muy denso", recuerda este alsasuarra. En este sentido, explica que el aerolito tiene un diámetro de 26 centímetros y un grosor de 10 centímetros, alcanzando un peso de 6,7 kilogramos. Si bien no le dio demasiada importancia, apartó la piedra junto a una escalera, donde ha permanecido estos últimos 16 años. Volvió a reparar en ella hace unas semanas, cuando fue a desmontar las colmenas. "La lavé y se desprendió un poco de un material que parecía cuarzo.

Lo cogí y lo llevé a la relojería Norte para que me dijeran qué mineral era". Allí le confirmaron su sospecha de que podría ser un aerolito, un meteorito pétreo. En este tiempo, Francisco Guridi, que es una persona inquieta y estudiosa, se está convirtiendo en un experto en aerolitos. "Son masas minerales procedentes de los espacios siderales que llegan atraídas por la tierra cuando pasan a poca distancia. La caída de los aerolitos va casi siempre acompañada de fenómenos luminosos como estrellas fugaces", explica este alsasuarra.

También apunta que ha pensado en donar el aerolito al Planetario de Pamplona para su estudio y conservación. Esta piedra podría ser una conditra, un meteorito formado por pequeñas partículas redondas o cóndrulos. Se componen principalmente de minerales de silicato que parecen haberse fundido mientras se encontraban flotando libremente en el espacio. También contienen pequeñas cantidades de materia orgánica, que incluye los aminoácidos y granos presolares.

Echando mano de la Wikipedia, se puede leer que las condritas tienen 4.550 millones de años de antigüedad y se piensa que representan materiales del cinturón de asteroides que nunca conformaron grandes cuerpos. "Al igual que los cometas, los asteroides condríticos son algunos de los materiales más antiguos del sistema solar. A menudo se considera a las condritas como los bloques de construcción de los planetas", se dice en esta enciclopedia virtual.

Millones de Años

Según los expertos, los meteoritos se pueden leer, ya que contienen datos de cómo se formó el sistema solar, la tierra o la vida o cómo ha funcionado el universo desde hace millones de años. Además de objeto de estudio, los meteoritos son un negocio, alcanzando algunos grandes sumas. Así no es extraño que haya cazameteoritos. Se estima que a lo largo del año caen en nuestro planeta alrededor de 500 meteoritos de diferentes tamaños, también llamados caídas para diferenciarlos de los meteoritos que se desintegran en la atmósfera, denominados hallazgos. De los primeros, 300 terminarían en los océanos. Buena parte del resto caerían en zonas desérticas. Así, el número de aerolitos que se encuentran anualmente no superarían la decena.