Theresa May
Theresa May
Apenas cinco meses después de las elecciones generales en el Reino Unido, el Gobierno de la primera ministra Theresa May parece condenado. Podría caer cualquier día, la próxima semana o el próximo mes. Dentro de su Partido Conservador y en otras partes del Reino Unido, en otros países europeos y más allá, abunda la especulación de que los días de Theresa May en el cargo pueden estar contados. Los escándalos que involucran sexo, mentiras e incompetencia se desarrollan día tras día. La podredumbre se ha instalado en el poder de Gran Bretaña.

A medida que se acerca la fecha límite para que el Reino Unido se retire de la Unión Europea (29 de marzo de 2019), las facciones rivales en el Gobierno y el partido parlamentario conservador están inmersas en feroces batallas sobre qué tipo de brexit quieren. Alguna vez un miembro conservador del Parlamento y ahora un distinguido comentarista, Matthew Parris, dice: "Cuanto antes se vaya Theresa May, mejor".

Los ministros operan como diplomáticos y comerciantes independientes, no como miembros de un gabinete que tiene responsabilidad colectiva, sin referencia al protocolo ni a la Oficina del Primer Ministro. Predominan las acusaciones de mala conducta sexual por parte de los políticos de varios partidos, pero más seriamente de los ministros. Las acusaciones por toqueteos han acabado con la carrera del Secretario de Defensa Michael Fallon, después de su confesión de que a veces su comportamiento había sido inadecuado. Y el Primer Secretario de Estado (para tal efecto viceprimer ministro), Damian Green, ha sido acusado por una activista mucho más joven, Kate Maltby, de hacer avances sexuales y enviarle mensajes de texto "sugestivos". Esto ha sido ampliamente reportado en los medios.

Además hay afirmaciones, respaldadas por un exoficial de policía de alto nivel, de que descubrieron pornografía en la computadora de la oficina de Damian Green hace algunos años. Él niega las acusaciones, y la primera ministra ha ordenado una investigación. Pero, a diferencia de Michael Fallon, Damian Green permanece en su puesto.

La sordidez en el núcleo del poder se remonta a la época en que el predecesor de Theresa May, David Cameron, estaba en el cargo. Una conocida productora de televisión, Daisy Goodwin, ha alegado que la manoseó un miembro del personal en la residencia oficial del entonces primer ministro David Cameron. Según Goodwin, cuando desafió al hombre, que era mucho más joven que ella, él dejó caer la mano de su pecho y se rió nerviosamente. El ex primer ministro Cameron ahora dice que está "alarmado, conmocionado y preocupado".

Al mismo tiempo se supo que otro ministro, la Secretaria de Desarrollo Internacional Priti Patel, se fue de "vacaciones" a Israel y celebró 12 reuniones con funcionarios israelíes, incluido el Primer Ministro, Binyamin Netanyahu. Primero, Patel dijo que había informado al Foreign Office de su visita. Resultó que no lo hizo, se disculpó y quedó libre. Luego se filtraron noticias de que la ministra había tenido más reuniones con funcionarios israelíes y no las había declarado. Eso fue demasiado. Priti Patel fue convocada de regreso a Londres después de una visita a África y abandonó el gabinete poco después.

Algunas filtraciones también revelaron que Patel había visitado los Altos del Golán ocupados (sirios). Allí inspeccionó un hospital del ejército israelí donde se trata a los "refugiados" y rebeldes sirios que luchan contra Assad. También habló de formas de desviar la ayuda exterior británica al ejército israelí. El Reino Unido no reconoce el control israelí en los territorios árabes ocupados. Los ministros británicos no visitan esas áreas. Cuando lo hacen deben mantener un protocolo estricto y reunirse con funcionarios palestinos e israelíes para dar la apariencia de equilibrio. La Secretaria de Desarrollo Internacional rompió todas las reglas.

El Gobierno en minoría de Theresa May está acosado por crisis que él mismo ha creado. Después de haber apoyado la opción de permanecer en la Unión Europea en el referéndum de la UE de 2016, se ha convertido en una ferviente partidaria del brexit desde que se convirtió en Primera Ministra. Y sus cálculos han ido muy mal. Llamó a elecciones generales en junio de 2017 con la certeza de ganar una gran mayoría en el Parlamento y, a partir de entonces, hacer lo que le gustaba al salir de la UE y dar forma al país según su propia visión posterior al brexit. En cambio perdió su mayoría en el Parlamento. Varios de los diputados de su banca fueron derrotados. Ella sufrió la derrota que muchos en su partido habían anticipado.

Ahora apenas gobierna como jefa de un Gobierno minoritario conservador mantenida en el cargo por 10 diputados del Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte, que ha prometido apoyarla en cualquier cuestión de confianza. Ha comprado el apoyo de ese partido con un fondo de financiamiento adicional de 1.000 millones de libras para Irlanda del Norte. Pero el acuerdo ha planteado serias dudas sobre la imparcialidad del Gobierno británico en el proceso de paz y el reparto del poder entre las comunidades católica y protestante de la provincia que puso fin a décadas de conflicto en abril de 1998.

En su partido, la posición de Theresa May se vuelve aún más precaria porque unos 35 parlamentarios de línea dura no aceptarían ningún compromiso para forjar una nueva relación con la Unión Europea. Desde que se lanzó el Artículo 50 del Tratado de Lisboa en marzo de 2017 para salir de la Unión Europea, está bajo la implacable presión de estos parlamentarios intransigentes anti-UE para que no haga concesiones a la otra parte. Ya se trate de pagar la tasa de salida para cumplir los compromisos del Reino Unido con proyectos actuales de la UE y pasivos de pensiones, etc., aceptando el requisito de la UE de las cuatro libertades (movimiento de bienes, servicios, capital, personas) en una relación comercial futura o la jurisdicción del Tribunal de Justicia Europeo para resolver disputas entre el Reino Unido y la UE.

Varios de sus diputados quieren que el gobierno británico simplemente se aparte de las conversaciones, argumentando que será la UE la quien regrese para negociar el comercio con el Reino Unido. Otros quieren un brexit suave y el comercio lo más abierto posible a partir de la salida. Otros aún insisten en que el Reino Unido debe abandonar la UE en marzo de 2019 y cualquier acuerdo de transición debe ser lo más breve posible.

En una carta secreta filtrada que establece sus términos de salida, el Secretario de Medio Ambiente Michael Gove y el Secretario de Relaciones Exteriores Boris Johnson han escrito a la Primera Ministra que después de que el Reino Unido deje de ser miembro de la UE en marzo de 2019, cualquier período de transición debe terminar exactamente el último día de junio de 2021. En The Guardian el columnista político del periódico Rafael Behr lo llamó lucha libre del ego en el gabinete británico. La primera ministra no puede despedir a Boris Johnson ni a Michael Gove, porque al hacerlo correría el riesgo de hundir su Gobierno.

El Secretario de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, tiene un historial de hacer comentarios desagradables, un estilo torpe y bufonadas públicas. Actualmente se encuentra en serios problemas por seguir con sus comentarios descuidados y falsos ante un comité selecto del Parlamento. Hablando de Irán y una mujer con doble ciudadanía, británica e iraní que está encarcelada por acusaciones de conspiración para derrocar al Gobierno iraní, el Secretario de Relaciones Exteriores dijo que ella solo estaba enseñando periodismo allí. En realidad había ido a ver a sus padres ancianos y fue arrestada por la Guardia Revolucionaria cuando estaba a punto de abordar un vuelo para regresar a Gran Bretaña.

Las autoridades iraníes omitieron los comentarios de Johnson, alegando que sus comentarios demostraron que la mujer era culpable y amenazan con duplicar su sentencia de prisión de cinco años. En prisión, la salud de Nazanin Zaghary-Radcliffe se deteriora. Su hija está siendo cuidada por sus padres mientras su esposo británico, Richard Radcliffe, lucha para que regresen a casa. Durante varios días Boris Johnson se resistió a las llamadas para disculparse por hacer una declaración falsa que ha causado muchos problemas a la familia británica. Finalmente se disculpó, pero el destino de la mujer sigue en manos de las autoridades iraníes.

Así es como el Gobierno de Theresa May tropieza de crisis en crisis cuando el Reino Unido se acerca a la salida de la Unión Europea, el mayor bloque comercial que lo rodea.

Cuando sucedió a David Cameron como Primera Ministra en julio de 2016, muchas personas habían asumido que ella tendría un par de manos seguras. Sin embargo sus acciones, su dependencia de un pequeño número de asesores personales leales a ella y su incapacidad para ganar la confianza del partido y la gente han demostrado lo contrario. En medio de escándalos que involucran sexo, mentiras e ineptitud al más alto nivel de su Gobierno, ahora lucha por su supervivencia política mientras el Parlamento examina el proyecto de ley de retirada de la UE.

Deepak Tripathi es miembro de la Royal Historical Society y de la Royal Asiatic Society de Gran Bretaña e Irlanda. Sus trabajos se pueden encontrar en: http://deepaktripathi.wordpress.com y él puede ser contactado en deepak.tripathi.writer@gmail.com .

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.