Comentario: Un consejo para la Iglesia sueca, ya que todo se trata de "inclusión": habría sido una gran idea convocar también a la reunión algo de buen juicio... pero claro, el "juicio" seguramente no fue invitado porque es masculino, y hubiera sido una seria afrenta sexista y misógina contra todos los presentes...
© Internet¡Padre, por qué me has abandonado!
Comentario: ¡Que Dios nos libre de la estupidez de algunas personas! ... ¡Ups, perdón!... ¡Que ese-ser-que-no-es-hombre-ni-mujer-y-que-los-cristianos-consideran-creador(a)-de-todas-las-cosas nos libre de la estupidez de algunas personas!
Antje Jackelen, arzobispa de la Iglesia Luterana Sueca, aseguró a TT que no le preocupa la acogida que reciban esas innovaciones. "Teológicamente sabemos que Dios está fuera de nuestras ideas de género, Dios no es un ser humano", explicó la primada eclesiástica.
Jackelen aseguró a los medios que persigue que la lengua una a las personas, y no las divida por su género, edad o raíces. La Iglesia sueca decidió cambiar su manual, el libro que recoge las reglas para realizar bautizos, funerales y comuniones, así como los rezos principales.
Comentario: Que nos disculpe la arzobispa pero esta es una iniciativa tan ridículamente absurda que nos duele el cerebro al intentar procesarla. Lo que intentan hacer es un disparate por donde se lo mire, y claramente provocará el efecto contrario al que se proponen: división y antagonismo.
Modificar la lengua para satisfacer los caprichos de los promotores de la ideología de género es un acto autoritario y una forma de violentar la sociedad. Además, desde una perspectiva práctica, estos cambios implican una mayor insensibilización del lenguaje como expresión del pensamiento. Una vez instaurados, las personas se verán impedidas de expresar sus ideas con claridad, pues estarán más preocupadas por no romper las nuevas y absurdas reglas infinitas, que por comunicar un mensaje coherente y con contenido.
Un ejemplo de una nueva plegaria sin enfoque sexista, aparece en el portal Infovaticana: "Dios, la Santísima Trinidad, Padre y Madre, Hijo -Hermano y Hermana- y Espíritu, Salvavidas e Inspirador, guíanos a la profundidad de tu riqueza, sabiduría y conocimiento".
Los creyentes, según los principios expresados en la reunión, deberán dirigirse a partir de ahora a Dios, además de como "Padre", como "Madre".
Comentario: Tal parece que de golpe no se habla de otra cosa que no sea igualdad de género, inclusión, y respecto a la diversidad. Nuestra querida civilización está siendo avasallada por el levantamiento violento y combativo de las ideas postmodernas. Este movimiento, que se esparce viralmente, pretende moldear la realidad según el capricho de minorías resentidas y severamente dañadas en sus habilidades cognitivas.
Una de las trampas mortales en las que solemos caer es el uso del lenguaje. Palabras con carga positiva como "igualdad", "libertad", "tolerancia", están siendo utilizadas en un contexto inadecuado. Esto conduce definitivamente a contradicciones asombrosamente absurdas: "para que todos seamos libres debo prohibirte decir ciertas palabras" o "debemos ser tolerantes y respetuosos de la diversidad... pero tu forma de pensar merece ser castigada",... y estas son sólo algunas.
¿Dónde estamos hoy como sociedad? Considere que, hasta hace poco tiempo, eran las iglesias cristianas el reducto donde se resguardaba lo tradicional, donde se defendían con vehemencia los valores tradicionales sobre los que se cimentaba nuestra sociedad. Podemos simpatizar o no con el cristianismo, pero es un hecho que la iglesia cristiana era una de las instituciones más conservadoras del planeta. El hecho de ver esta iniciativa en el ceno de la Iglesia misma es una verdadera Señal de los Tiempos.
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