El Comando de Misiones Especiales (CME), un cuerpo de seguridad brasileño, movilizó un gran número de efectivos hasta las inmediaciones del campamento Hugo Chávez del Movimiento de Los y Las Trabajadoras Sin Tierras de Brasil (MST), en la ciudad de Pará, tras culminar este miércoles 13 el tiempo determinado por el Tribunal Agrario de Marabá, para que 300 familias que viven y desarrollan actividades agrícolas, desalojen voluntariamente el predio.

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Estas tierras que debieron ser compradas por el Estado para pasar a formar parte de la Reforma Agraria y ser asignadas a las familias campesinas, ahora son reclamadas como propiedad privada por unos dueños cuyo proceso de titulación de tierras está siendo cuestionado por el MST tras estar cubierto de varias irregularidades. A tan solo 10 días para la navidad las familias no tienen para donde mudarse, sin contar que esto interrumpiría el año escolar de los y las niñas que residen en el campamento del MST.

El gobierno estadal, así como los demás órganos públicos no se pronuncian sobre la situación de violación de derechos humanos ni proponen alguna alternativa para la solución del conflicto. Las familias se han resistido hasta el último momento, pero al no poder sostener más la situación, optaron por iniciar el desmontaje de las viviendas improvisadas.

En ese momento, las familias están organizando un campamento provisional, en un área cercana donde se ubicada otro asentamiento del MST.
El pasado lunes el campamento Hugo Chávez sufrió el ataque de unos pistoleros quienes abrieron fuego contra niños, niñas, mujeres, ancianos y hombres que habitan en el predio, lo que generó una gran movilización de amigos y organizaciones que manifestaron su solidaridad y abrieron una vez más el debate sobre la situación agraria y la violencia en la región.