La 'confesión' del primer ministro polaco sobre el "constante contacto con EEUU para reducir el monopolio de Gazprom" en el mercado de gas europeo demuestra el servilismo de Varsovia a la hora de promover la agenda estadounidense, valora un analista ruso.

gasoductos
© Sputnik/ Igor Zarembo
El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, prevé discutir con el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, "los riesgos y las amenazas relacionadas" con la construcción del gasoducto Nord Stream 2 desde Rusia a Alemania.

Con esta confesión, Varsovia deja de lado los argumentos controvertidos y pasa a amenazas bastante directas, afirmó a Sputnik el analista del 'think-tank' ruso especializado en temas de energía Fundación de Seguridad Energética Nacional, Ígor Yushkov.

"Antes Polonia y Ucrania afirmaban que un nuevo gasoducto no era necesario por existir la vía ucraniana, que su construcción aumentaría la dependencia del gas ruso y que Ucrania perdería dinero [cobrado por el tránsito]. Por controvertidos que fuesen, eran argumentos económicos. Y ahora se oponen simplemente porque es un proyecto ruso", detalló.

Con estas declaraciones Varsovia "pone las cartas sobre la mesa" al revelar que, de hecho, está trabajando junto con su socio mayor -EEUU-.

Es una amenaza a los que cooperen con Rusia en el Nord Stream 2: "Washington les puede castigar por su obstinación", agregó Yushkov.

Pero esta posición puede traer resultados opuestos, señala el analista. La postura rusa solo se refuerza porque "la lucha contra el proyecto se lleva a cabo con un carácter exclusivamente político". Todo esto va en detrimento de los propios europeos y muchos de ellos van abriendo los ojos, profundizó.

"Está cada vez más claro que no es Polonia la que utilizará a EEUU [para frenar el proyecto], sino que es Washington quien manipula a los europeos para cerrar el proyecto y mejorar sus propias posiciones en el mercado del gas", explicó el analista.

El Nord Stream 2 busca diversificar las rutas de suministro del gas ruso a Europa para elevar la seguridad energética ante la inestabilidad del tránsito por el territorio de Ucrania.

El proyecto prevé la construcción de dos tuberías con capacidad para transportar 55.000 millones de metros cúbicos anuales de gas desde la costa rusa hasta Alemania por el fondo del mar Báltico.