El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, expresó un "firme deseo" de firmar el acuerdo de paz con EEUU y establecer relaciones diplomáticas entre ambos países, informó el periódico sudcoreano Chosun Ilbo, citando a un alto funcionario de la administración presidencial de Corea del Sur.
© InternetAdivine quién es mejor "ajedrecista"...
Según la fuente, el líder norcoreano expresó este deseo durante el reciente encuentro que sostuvo con una delegación de Corea del Sur. "El objetivo final de Kim Jong-un consiste en firmar un acuerdo de paz con EEUU y establecer relaciones diplomáticas normales, incluyendo la apertura de una embajada estadounidense en Pyongyang", citó el rotativo a su fuente.
El 8 de marzo, el director de Seguridad Nacional de Corea del Sur, Chung Eui-yong,
anunció en Washington que Kim Jong-un estaba dispuesto a reunirse personalmente con Trump para dialogar sobre la desnuclearización de la península y la normalización de las relaciones.
La Casa Blanca
comunicó más tarde que el presidente estadounidense se reunirá con el líder norcoreano en el lugar y la fecha que se acuerden. Pyongyang aseguró que no reanudará sus ensayos nucleares mientras duren las negociaciones.
En 2017 Corea del Norte llevó a cabo una quincena de pruebas de proyectiles balísticos, incluyendo los misiles intercontinentales (ICBM) capaces de alcanzar el territorio de EEUU, y el sexto ensayo nuclear, pese a las numerosas sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU.
Estados Unidos reaccionó a las provocaciones de Pyongyang con la celebración de maniobras militares conjuntas con sus aliados en la región y el despliegue del escudo antimisiles norteamericano THAAD en el territorio de Corea del Sur.
Comentario: Aunque EE.UU. esté intentando hacer control de daños declarando que ha logrado doblegar a la "demoníaca" Norcorea y que la forzó a sentarse a dialogar, la situación parece justamente todo la inversa. Resulta claro que a Washington le convenía contar en la región con la amenaza nuclear norcoerana y la supuesta demencia del líder Kim Jong-un para justificar su presencia en la zona y mantener bajo vigilancia y asediada principalmente a China.
Ahora, después de que Corea del Norte se tomo todo un año completo para provocar y mostrar su capacidad de hacer daño, se sienta cordialmente a dialogar con su contraparte del sur y fuerza a EE.UU. a que se una a la mesa de negociaciones. De no hacerlo sería Washington quien quedaría muy en evidencia como la nación hostil que deja pasar una estupenda oportunidad de lograr la tan ansiada paz en el pacífico asiático.
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