El reciente informe de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) que confirma el probable uso de cloro como arma química el pasado 4 de febrero en la ciudad siria de Saraqib es "seriamente engañoso" ya que está basado en testimonios no fiables y muestras aportadas por terroristas, aseveró este miércoles en una entrevista a RT Peter Ford, exembajador del Reino Unido en Siria.
Un activista de los Cascos Blancos sostiene un contenedor utilizado en un supuesto ataque con cloro en Ibleen, provincia de Idlib, Siria, el 3 de mayo de 2015.
© Abed Kontar / ReutersUn activista de los Cascos Blancos sostiene un contenedor utilizado en un supuesto ataque con cloro en Ibleen, provincia de Idlib, Siria, el 3 de mayo de 2015.
Las conclusiones de la Misión de Investigación de la OPAQ, cuyos integrantes jamás llegaron a inspeccionar el lugar del incidente por su cuenta, están basadas en una evidencia material que consta de dos cilindros vacíos que, supuestamente, habían contenido cloro.

Además, los inspectores utilizaron información proporcionada por varias ONG basadas fuera de la república árabe, así como por los Cascos Blancos, que "son conocidos colaboradores de los yihadistas, que han ayudado a realizar decapitaciones y que se granjearon mala fama por hacer propaganda", remarca el diplomático británico retirado.

El informe sobre los supuestos ataques químicos incluye "aseveraciones ridículas como: 'escuchamos cómo caían bombas de barril desde helicópteros'", expresa Ford."Lo siento, pero eso es algo físicamente imposible", continúa el exembajador, calificando este tipo argumentos como "idioteces que incluso un niño sería capaz de descartar".

Se suponía que los inspectores de la OPAQ iban a realizar "una misión de búsqueda de hechos", pero al revisar el documento publicado por la organización, "uno descubre que no contiene ni un solo hecho apoyado por observadores independientes", señaló el exdiplomático.

"Estoy seguro de que se harán intentos de explotar este informe sumamente inadecuado", concluye Ford. En el pasado EE.UU. y sus aliados ya bombardearon objetivos gubernamentales sirios con el pretexto de castigar al Gobierno de Assad por supuestos ataques químicos.