"Por muchas que sean las sospechas, nuestra exigencia principal es que se pongan las pruebas sobre la mesa", dijo Antónov a los periodistas.
Comentario: Que sería la exigencia de cualquier persona que esté siendo acusada de cualquier delito. Pero en EEUU no funcionan así las cosas, para ellos un juicio a través de los medios de comunicación es suficiente. Para ellos, repetir una mentira una y otra vez es suficiente.
El embajador tachó de un "disparate" las acusaciones de que Rusia interfirió en los asuntos internos de EEUU.
"Hasta la fecha no hay ningún prueba seria, solo un tribunal puede decidir quién es culpable o quién no", subrayó.El pasado 13 de julio, la oficina del consejero especial Robert Mueller, quien investiga la supuesta colusión entre la campaña del actual presidente de EEUU y Rusia, imputó a 12 agentes de inteligencia militar rusa por haber realizado en 2016 un ciberataque contra el Comité Nacional del Partido Demócrata y la campaña electoral de la candidata demócrata Hillary Clinton.
El fiscal general adjunto estadounidense, Rod Rosenstein, reconoció al mismo tiempo que los supuestos ciberataques no tuvieron impacto en el resultado de las elecciones presidenciales de 2016.
Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, comentó que el caso sobre la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones norteamericanas forma parte de "la batalla política interna" de EEUU.
Desde 2016, en EEUU se investiga la supuesta injerencia rusa en las últimas elecciones presidenciales.
En particular, las pesquisas buscan comprobar la hipótesis de que el presidente Donald Trump tuviera contactos secretos con el Kremlin durante la campaña electoral, y que Moscú influyera de alguna manera en los resultados de los comicios.
Sin embargo, tras casi dos años de investigación, no se presentó ni una sola prueba irrefutable que comprobara dichas acusaciones.
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