El ejercicio militar ruso Vostok 2018, en el que participaron China y Mongolia, no buscaba amenazar a la OTAN ni hacer gala de las capacidades de la Federación Rusa. Su objetivo explícito fue preparar el país para una guerra mundial que Rusia ve como algo nuevamente posible. Anticipándose a la salida de Estados Unidos del Tratado INF, Vostok 2018 elevó la Federación Rusa al nivel de preparación de la época de la guerra fría.
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Los ejercicios militares rusos Vostok-2018 se realizaron del 11 al 17 de septiembre en Siberia y el Extremo Oriente. Los medios de prensa reportaron
la participación de 300 000 soldados, 36 000 vehículos blindados, 1 000 aviones, 6 000 paracaidistas y 80 buques de guerra. Fueron los mayores ejercicios rusos realizados desde 1981.
Lo que no se dijo
El objetivo principal era verificar el estado de preparación de las autoridades civiles y militares de la Federación Rusa para reaccionar en caso de guerra a escala mundial. Ese concepto, que se introduce por primera vez en ese tipo de ejercicios y exige un considerable aumento del consumo de recursos financieros y humanos,
no se habría instaurado si Rusia no hubiera visto indicios que llevan a la conclusión de que será atacada.
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El primer test incluido en esos ejercicios tenía que ver con la estructura político-militar de Rusia y consistía en evaluar la capacidad organizativa en materia de movilización de los mandos estratégicos rusos del centro y el este del país en los ámbitos operativo y estratégico. El segundo test consistía en verificar la capacidad de despliegue rápido lejos de los centros de reclutamiento y de acantonamiento en los ámbitos operativo y estratégico.
Es evidente que, gracias al servicio de inteligencia de sus fuerzas armadas, Rusia sabía desde hace meses que Estados Unidos iba a salir del Tratado INF (que prohíbe los misiles balísticos nucleares terrestres de alcance corto y medio y los de alcance intermedio). Los escudos «
antimisiles» estadounidenses desplegados en Rumania y Polonia -del tipo VLS MK-41, derivados de los sistemas instalados en los cruceros lanzamisiles AEGIS de la clase Ticonderoga- son capaces de lanzar misiles Tomahawkportadores de ojivas nucleares del tipo W80.
Normalmente, los misiles crucero estadounidenses se destinan a tener como blanco Moscú antes del inicio de una ofensiva aeroterrestre a gran escala en dos direcciones que convergen sobre la capital rusa. Se trata de las direcciones estratégicas del Báltico y del Mar Negro, pertenecientes ambas al teatro europeo de operaciones. Esto podría indicar una probable agresión de la OTAN desde las fronteras oeste y suroeste de Rusia.
Al contrario de los ejercicios Vostok-2018, que fueron de carácter estrictamente defensivo, los ejercicios de la OTAN Trident Juncture 2018 -realizados en Noruega- son de un alto nivel ofensivo y se ejecutan con fines intimidatorios. El cuerpo expedicionario atlantista se entrena en la realización de acciones de desembarco en condiciones climáticas similares a las que imperan en las costas del norte de Rusia. Trident Juncture implica a 50 000 soldados, 250 aviones y 65 navíos, entre estos últimos un portaviones y 3 buques de desembarco anfibio (portahelicópteros) estadounidenses.
Como puede verse, para Rusia ha aparecido un nuevo escenario, que se agrava diariamente y al que tiene que hacer frente.
¿Cómo van evolucionar las cosas de ahora en adelante?
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