Esta vez les comentaré sobre algo nuevo. Quizás muchos de nuestros lectores estén al tanto por esta columna, pero la mayoría pudiera ser que nunca haya oído hablar sobre la nueva generación de células madre que son los exosomas.
stem cell research
© Reuters / Gareth Watkins
Los exosomas han revolucionado la teoría sobre las células madre. Se pensaba que, una vez que estas se estas se inyectaban, se "transformarían" en algo parecido a las células del área dañada, ya fueran células de corazón, músculo, cartílago o hueso. Hoy se sabe que esto NO es así: ellas trabajan a través de la producción de exosomas.

Las células madre, independientemente de su origen, producirán estas "vesículas" o pequeñas bolsitas llenas de un conglomerado de proteínas, RNA, Factores de Crecimiento y Citoquinas. Toda esta mezcla —que podríamos llamar ajiaco, sopa o cóctel— influirá sobre la regeneración de las células y revertirá el proceso, conectándose con las células dañadas a través de un sistema comparable a un WI-FI a nivel celular.

Hace tres años, cuando trabajaba con las células madre uno de los enigmas que me preocupaba —mucho antes de empezar a usar extensamente los exosomas— era que en los pacientes que envejecían, las células madre envejecían también. Y estas producían cada vez menos y menos exosomas. Por esa razón, los resultados en pacientes de más de 65 años comparados con los más jóvenes era muy diferente. Por supuesto, el beneficio de controlar el dolor y recuperar la movilidad, indudablemente duraba menos en los pacientes mayores.

Nos dimos entonces a la tarea de encontrar otro tipo de células madre que produjera exosomas que no hubieran envejecido y lo encontramos en la placenta, el cordón umbilical y la gelatina de Wharton. De esa forma, las reglas del juego cambiaron a nuestro favor al ciento por ciento. O, más bien, cambiaron a favor de los pacientes que están envejeciendo —aquellos con artritis o desgaste de la columna, rodilla, ruptura de tendones del hombro, meniscos rotos, hernias discales, que tuvieran 65, 70, 75 o más años— y estos comenzaron a responder, ante nuestros ojos, como si tuvieran entre 35 y 45 años.

La connotación es mucho más amplia, puesto que la artritis y las enfermedades degenerativas de la columna lumbar, columna cervical, rodilla, cadera, hombro, tobillo y manos (o cualquier articulación afectada) aparece generalmente alrededor de los 60 o 65 años, y raramente antes. Téngase en cuenta que estos son los pacientes que corren mayor riesgo al someterse a una cirugía.

El éxito del tratamiento con exosomas ha sido estupendo durante el 2018 y el 2019, algo que nunca había experimentado como médico antes. Miles de mis pacientes se han beneficiado del uso de los exosomas, un 87 por ciento de los pacientes reportan una mejoría del dolor, inicialmente de 9/10 a 2/10, entre cuatro y seis semanas después del tratamiento; y esto sin necesidad de cirugía ni pastillas adictivas ni terapia física y se extiende por 18 meses o más.

Muchos de nuestros pacientes lo ven como un milagro. Yo lo veo como el avance de un campo que está llamado a dominar la medicina moderna. Y esta es, como he venido diciendo por los últimos 15 años la Revolución Médica del siglo XXI. Y solo me queda por decir que, si tiene un problema de desgaste en el cuerpo, no importa donde se encuentre, no pierda la oportunidad de usar este prodigio que son los exosomas: nunca se arrepentirá.

El Dr. Ramón Castellanos es un experto graduado en Cornell University en dos especialidades; es pionero en la utilización de células madre en la ortopedia, columna vertebral y estética.