Theresa May dimitió este viernes como líder del gobernante Partido Conservador de Reino Unido, pero mantendrá su cargo como primera ministra hasta que su sucesor sea elegido.

Theresa May
© Reuters / Hannah Mckay
Se espera que el sucesor al cargo de líder del partido, que se convertirá a su vez en primer ministro, sea anunciado a finales de julio. El lunes se abrirá el plazo para la presentación de candidaturas entre miembros del Parlamento del Partido Conservador, dando comienzo formal al proceso.

Los críticos del sistema electoral han dicho que Reino Unido estará en manos de una primera ministra fracasada hasta que el nuevo inquilino se mude al número 10 de Downing Street.

Los tres años del mandato de May como líder del Partido Conservador llegaron a su fin con un intercambio de cartas entre bambalinas entre ella y el presidente del Comité de 1922, el cuerpo que representa a los parlamentarios que no tienen cargos específicos.

Esto llega después del emotivo anuncio de May en los escalones del número 10 de Downing Street el mes pasado cuando informó al mundo de su decisión de dimitir como líder del partido el 7 de junio.


La incapacidad de May en conseguir aprobar su acuerdo del brexit para acabar con la membresía de Reino Unido en la Unión Europea (UE) llevó a muchos de sus propios parlamentarios en Westminster a pedir su marcha. Ante la posibilidad de que su acuerdo fuera rechazado por cuarta vez en la Cámara de los Comunes, su partida se hizo inevitable.

Con 11 aspirantes luchando por el puesto, la carrera por el liderazgo ha comenzado incluso antes de que se abra el plazo para presentar las candidaturas.

El exsecretario de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, se ha convertido en el favorito para el puesto, pero varios ministros del Gabinete de May, incluido el actual secretario de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt, también están en la carrera por el puesto.

Los políticos conservadores de Westminster reducirán la lista de aspirantes a dos, con cerca de 140.000 miembros del partido de todo Reino Unido participando en la elección.

El proceso ha enfrentado críticas, ya que significa que la elección de la persona que ocupará el puesto más importante en la política británica está en manos de un pequeño porcentaje de la población.

Con Reino Unido contando los días hasta el 31 de octubre, fecha límite para alcanzar un acuerdo del brexit con Bruselas, el sucesor de May tendrá la tarea de intentar dirigir un plan de retirada en un Parlamento dividido sobre la futura relación del país con la UE.