El Parlamento Europeo debate si inicia procedimientos disciplinarios contra Hungría por no cumplir con los valores de la UE, un movimiento que podría desembocar en la suspensión del derecho de voto de Budapest. El desacuerdo radica en las ayudas a las familias autóctonas para el fomento de la natalidad y «no depender de la inmigración», a diferencia de otros países europeos.

La UE estudia sancionar a Hungría por sus ayudas a las familias para aumentar la maternidad

Orban es uno de los mayores críticos en la Unión Europa contra la inmigración masiva y la política comunitaria al respecto. La UE se opone a estas medidas proteccionistas de las familias y lleva años presionando al líder húngaro para que se someta a la agenda globalista. Las autoridades del país magiar estiman que estos temas se resolvieron tiempo atrás y son asuntos de soberanía nacional.

Precisamente, las políticas en favor de la familia del gobierno húngaro han logrado revertir la tendencia en favor de la muerte de Occidente y ha disminuido hasta en un 25% el número de abortos en su país.

Durante su discurso anual, Orban anunció un nuevo paquete de medidas económicas con el que pretende impulsar la natalidad y frenar el envejecimiento demográfico. El programa de siete puntos, que entrará en vigor en julio, contempla créditos por valor de unos 32.000 euros para las mujeres menores de 40 años que se casen por primera vez. Una suma que no tendrán que devolver si tienen tres o más hijos. Con el cuarto nacimiento, quedarán además exentas de pagar el impuesto sobre la renta de por vida. Por otro lado el Estado húngaro, que desde el 2016 es el que más invierte en políticas familiares a nivel europeo, prevé ampliar las subvenciones a las madres para adquirir inmuebles y automóviles.

«Hay países occidentales que quieren solucionar el problema de la natalidad decreciente con extranjeros. Nuestra respuesta no es esa. Queremos niños húngaros. Para nosotros aceptar la migración supone rendirse», declaró Orbán.

Al jefe del partido identitario Fidesz le preocupa que su población caiga en picado desde hace cuatro décadas, habiendo pasado de 10,7 millones de habitantes en 1980 a 9,7 millones hoy. Es más, los expertos creen que para el 2070 la cifra podría llegar hasta los 6 millones de personas.

El objetivo de Orbán, padre de cinco hijos, es llegar a una tasa de 2,1 niños por mujer. La oposición izquierdista se opone a sus medidas al considerar que prioriza la maternidad sobre el empleo de las mujeres.