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El 70% de las armas ilegales decomisadas en México en 2009 y 2010 provenían de Estados Unidos, en su gran parte vendidas en los estados fronterizos, señaló el lunes un informe de tres senadores estadounidenses que exigieron al gobierno reforzar los controles en el sector.

"Este informe confirma lo que muchos de nosotros ya sabíamos: (...) sigue siendo demasiado fácil para los narcotraficantes mexicanos apoderarse de armas de tipo militar dentro de nuestras fronteras", explicó el senador demócrata Charles Schumer (Nueva York), uno de los que solicitó el informe.

A petición de los senadores, el director de la agencia de control de alcohol, tabaco y armas de fuego (ATF) reveló que entre 2009 y 2010, 20.504 armas de un total de 29.284 (70%) fueron recuperadas en México y determinado su origen estadounidense.

Casi el 70% de esas armas son vendidas en Texas, California y Arizona, donde más de 8.000 vendedores tienen licencia federal. Para México cerca del 90% de las armas decomisadas a los narcos provienen del país vecino.

Pero el aspecto más inquietante que denuncia el informe es que los traficantes consiguen, en un 30% de los casos, obtener las armas en ferias de armamento, que ofrecen material más potente, incluso de uso militar, sin tener que someterse a tantos requerimientos como en un centro de venta reglamentado.

Una prohibición de venta de armas de asalto, aprobada en 1994 y que permaneció en vigor hasta 2004, debe ser reintroducida, pidieron los senadores Schumer, Dianne Feinstein y Sheldon Whitehouse. Los representantes también apoyan, junto a una treintena de sus pares, otro proyecto de ley para reglamentar más estrictamente las ferias de armamento.

Una parte de las armas de asalto que se venden en Estados Unidos viene de otros países, en particular de Europa del Este, que suministra los artefactos modificados para que puedan pasar los controles de importación. Una vez en los puntos de venta, esos rifles, como el famoso AK-47, pueden volver a ser modificado para aceptar cartuchos de alta capacidad.