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Más de 80 por ciento de los combatientes y comandantes del movimiento extremista Talibán capturados por Estados Unidos en Afganistán entre mayo y julio de 2010 eran en realidad civiles inocentes, según información clasificada que obtuvo IPS.

El jefe de la ocupación extranjera en Afganistán, general David Petraeus, sostuvo en agosto de 2010 que en 90 días la fuerza de operaciones especiales había capturado a 1.355 combatientes del Talibán, dado muerte a 1.031 y apresado o matado a 365 cargos medios o altos.

Petraeus aseguró entonces a varios medios de comunicación que las cifras correspondían al período mayo-julio. Durante el resto del año siguieron creciendo los números de talibanes capturados o muertos. En diciembre, el estado mayor del general sostuvo que había apresado un total de 4.100 combatientes en los seis meses anteriores y que había eliminado a 2.000.

Pero resulta que más de 80 por ciento de esos presuntos combatientes eran liberados días después, ante la evidencia de que sólo se trataba de civiles inocentes, según información militar oficial.

Muchos más fueron puestos en libertad más tarde de la Detention Facility in Parwan, el principal campo estadounidense de detenidos en la base aérea de Bagram ‒situada en la provincia de Parwan, en el noreste afgano‒, luego de que un panel de oficiales revisara sus antecedentes.

La oportunidad en que Petraeus divulgó las cantidades de guerrilleros presos o muertos indica que ya sabía que cuatro de cada cinco de ellos no lo eran en absoluto. Contrastar los datos de jefes y combatientes muertos es imposible, pero la información de los capturados puede cotejarse con el registro oficial de prisioneros ingresados a Parwan.

Un afgano capturado por tropas estadounidenses o de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) solo puede permanecer 14 días en una base de operaciones avanzadas hasta ser liberado o enviado a una detención más prolongada en Parwan. IPS obtuvo gráficas clasificadas del Grupo de Tareas 435, el comando militar responsable de los prisioneros, sobre el total de ingresos y egresos mensuales de Parwan en 2010. Ellas muestran que en el período mayo-julio solamente fueron admitidos allí 270 detenidos.

Esa cantidad incluye presuntos comandantes talibán enviados a Parwan, que Petraeus contabilizó en un grupo separado de los combatientes rasos. De acuerdo a esta cifra, cuatro de cada cinco afganos supuestamente detenidos por ser miembros del Talibán en ese período fueron liberados en un plazo de dos semanas.

Cuando Petraeus decidió, a mediados de agosto, publicar el número de 1.355 guerrilleros supuestamente capturados en esos tres meses, sabía bien que 80 por ciento o más de ellos ya estaban libres. El mayor Sunset R. Belinsky, encargado de informar a la prensa sobre las operaciones especiales de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF por sus siglas inglesas), admitió a IPS en septiembre del año pasado que los 1.355 eran sólo "capturas iniciales".

Y el comandante del Grupo de Tareas 435, almirante Robert Harward, confirmó en una rueda de prensa el 20 de noviembre que 80 por ciento de los afganos capturados por Estados Unidos en lo que corría de 2010 eran liberados en un plazo de dos semanas. "Este año, en las zonas de combates aproximadamente 5.500 individuos fueron capturados", dijo Harward. Y unos "1.100 han venido al centro de detención de Parwan", agregó.

Harward no explicó el porqué de la diferencia entre los dos números, y ninguno de los periodistas presentes entonces en el Pentágono (sede del Departamento de Defensa) le pidió explicaciones. Petraeus se siguió sirviendo de la ignorancia de los medios sobre la cantidad de combatientes "capturados" y la de aquellos enviados a Parwan.

A inicios de diciembre, la ISAF entregó al bloguero Bill Roggio, del sitio web The Long War Journal (Diario de la guerra larga), la cifra de más de 4.100 "combatientes enemigos" capturados entre el 1 de junio y el 30 de noviembre, junto con 2.000 guerrilleros rasos muertos.

Pero en esos seis meses, sólo 690 personas fueron enviadas a Parwan, según los datos del Grupo de Tareas 435, lo que equivale a 17 por ciento de los 4.100 presuntos capturados como "talibanes".

Esos 690 incluyen una cantidad no especificada de jefes y comandantes y un gran número de otros detenidos que fueron puestos más tarde en libertad. Considerando esos dos hechos, la proporción real de los detenidos a los que no se halló vínculos con el Talibán es de 90 por ciento o más.

Veinte por ciento de los 1.686 prisioneros que estuvieron en Parwan entre junio y noviembre de 2010, es decir 345, consiguieron la libertad luego de que se revisaron sus antecedentes, según el mismo documento que obtuvo IPS del Grupo de Tareas, fechado el 5 de febrero de este año. La gran mayoría de ellos habían sido enviados a Parwan a partir de junio.

Los prisioneros que consiguen salir libres de Parwan son quienes no tienen pruebas en su contra, o éstas son tan débiles que los oficiales estadounidenses no pueden justificar su arresto, pese a que los detenidos no gozan del derecho al debido proceso en la audiencia de revisión "no contenciosa" de casos que realiza el Grupo de Tareas.

Confundir deliberadamente a cualquier detenido para interrogarlo con un combatiente talibán fue parte de una estrategia concebida para crear una imagen más favorable de la marcha de la guerra que Estados Unidos inició en Afganistán en octubre de 2001.

El propósito de esa guerra era buscar y capturar a Osama bin Laden, acusado de pergeñar los ataques terroristas del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, y supuestamente protegido por el Talibán, que por entonces controlaba Afganistán. Estados Unidos consiguió el visto bueno de la comunidad internacional para esta guerra y se puso al frente de la ISAF, despachada por la OTAN.

Bin Laden murió a manos de un comando estadounidense el 1 de mayo de este año en Pakistán. El Talibán, después de la estampida inicial que causó el ataque estadounidense, se hizo fuerte en algunos bastiones y ha permanecido activo hasta ahora en un conflicto que parece no tener fin.

No es fácil mostrar avances en una guerra que se libra en cientos de emplazamientos, sin frentes claros. En ese contexto, los operativos de las fuerzas especiales tienen potencial para ser explotados, sobre todo cuando la mayor parte de las noticias que los estadounidenses reciben de Afganistán son las bajas de sus soldados.

El general se aseguró de que este relato se potenciara presentando el total de afganos detenidos por las fuerzas especiales como verdaderos talibanes. Pero el engaño que entrañan sus cifras, revelado ahora por los datos oficiales, coloca una duda quizás más grave: qué pasó con los presuntos talibanes muertos de Petraeus. ¿Eran realmente combatientes, o civiles asesinados?

Gareth Porter es historiador y periodista de investigación especializado en seguridad nacional de Estados Unidos. Su último libro, "Perils of Dominance: Imbalance of Power and the Road to War in Vietnam" (Peligros del dominio: Desequilibrio de poder y el camino hacia la guerra en Vietnam), fue editado en 2006.