El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció este martes un mayor control de los imanes extranjeros y de la financiación con dinero de otros países de las mezquitas del país, dentro de un plan para combatir el "separatismo" en barrios donde el islamismo radical está muy presente.
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En paralelo, el presidente anunció medidas para que los servicios del Estado estén más presentes en esos barrios desfavorecidos, con el objetivo de contrarrestar el creciente poder de medios radicales. "Debemos tener mezquitas financiadas de forma transparente y dirigidas por imanes formados en Francia y respetuosos con nuestros valores", declaró Macron en Metz, donde recorrió algunas de esas barriadas más desfavorecidas.

En ese sentido, indicó que de forma progresiva se prohibirá la llegada al país de imanes procedentes de Estados árabes y pagados por esos Estados. En particular, citó los casos de Marruecos, Argelia y Turquía, al tiempo que señaló que se apoyará al Consejo Francés de Culto Musulmán para que se forme a religiosos en Francia.

Tras destacar el trabajo de colaboración "ejemplar" con Rabat y Argel, Macron indicó que no permitirá que ningún otro país pueda influir en la enseñanza del islam en Francia, en clara referencia a Ankara. "No se pueden aplicar las leyes de Turquía en el suelo francés", aseguró el presidente galo, que se mostró favorable a trabajar con las autoridades de ese "gran país".

Denunció que, "en nombre de una confesión", muchos de los habitantes de esos barrios renuncian a los valores de Francia, que, por su parte, no cumple en estas zonas las labores que debe ejercer un Estado. "El 'separatismo' se nutre de la ausencia, en algunos lugares, de una oferta alternativa. En el plano social, deportivo, periescolar, cultural o sanitario. Tenemos que acompañar con más fuerza a las asociaciones y municipios", dijo el presidente.