El presidente de Irán, Hasan Rohani, advierte de los planes enemigos para atemorizar a la sociedad iraní y paralizar el país por el nuevo coronavirus.
Hasan Rohani,
© president.irHasan Rohani, presidente de Irán, habla ante el Comité Nacional para manejar la epidemia del coronavirus, 25 de febrero de 2020.
En declaraciones ofrecidas en una reunión para abordar la situación ante el brote del denominado COVID-19, el mandatario iraní ha destacado los pasos positivos dados para controlar el virus, aseverando que el pueblo no tiene de qué preocuparse.

Al respecto, Rohani ha recordado cómo los responsables del sector médico y sanitario del país persa consiguieron detener hace unos meses la expansión del virus de la influenza B, que es más peligroso que el COVID-19.

Tras haber subrayado la importancia de seguir con el trabajo y las actividades sociales, acatando siempre las medidas preventivas, el jefe del Ejecutivo ha alertado de los intentos para paralizar el país.

"Entre los planes y conspiraciones de los enemigos figura hacer que cunda el pánico en la sociedad y forzar el cierre del país", ha advertido.

Rohani ha dejado en claro que solo la Organización de Radio y Televisión de Irán (IRIB, por sus siglas en inglés) es una fuente confiable de noticias e información sobre el coronavirus, y que todos los hospitales están equipados y dispuestos para ofrecer atención médica. "Si se necesitaran más camas, el Ejército está preparado para colaborar (con el Ministerio de Salud)", ha agregado.

El nuevo coronavirus comenzó en la ciudad china de Wuhan en diciembre de 2019. Desde entonces, más de 80 200 personas han sido diagnosticadas a causa de esta enfermedad, que ya se ha extendido a muchos países.

La estación de televisión TV Asahi Corporation de Japón sugirió el sábado, en un informe, que el nuevo coronavirus podría haberse originado en EE.UU. El reporte arrojó la sospecha de que algunos de los 14 000 estadounidenses que murieron de influenza en la última década podrían haber contraído el coronavirus de manera desconocida, avivando así los temores y las especulaciones de que el nuevo COVID-19 podría haber surgido en el país norteamericano.

El brote de coronavirus se registró por primera vez en Irán el 19 de febrero, pero el país persa, pese a las sanciones ilegales de EE.UU., está adoptando medidas adecuadas para contener este virus mortal.

Hasta el momento, se ha confirmado la muerte de 15 personas y la existencia de 95 afectados. Además, 24 personas han sido dadas de alta tras haberse curado. Pese a los intentos iranófobos malintencionados, el país persa realiza las labores necesarias para informar a su pueblo y combatir la epidemia.