La confrontación de Turquía con Damasco está obligando a Assad a crear alianzas sorprendentes. Las autoridades del este de Libia abrieron una misión diplomática en la capital siria el 3 de marzo. Esto ocurre ocho años después de que los dos países, afectados por los acontecimientos de la primavera árabe, hubieran cortado sus contactos. Ni el gobierno de Libia oriental ni la administración de Assad están ocultando el hecho de que están restaurando su asociación para contrarrestar la política beligerante de Erdogan, escribe Nezavisimaya Gazeta.
De conformidad con los acuerdos firmados entre el gobierno libio oriental y Damasco, ahora todos los mercenarios sirios capturados por el Ejército Nacional Libio serán entregados a las autoridades sirias. Los documentos también prevén una estrecha cooperación en el intercambio de datos de inteligencia. Esto significa problemas «en el terreno», según el documento. Las operaciones militares marchan tanto en Libia como en Siria a pesar de los acuerdos de alto el fuego promovidos por Rusia y Turquía.
El experto ruso del Consejo de Asuntos Internacionales, Kirill Semenov, quien dirige el Centro de Estudios Islámicos del Instituto de Desarrollo Innovador, dijo al periódico que ambos gobiernos han demostrado que estaban listos para acciones conjuntas contra Turquía. «No creo que, especialmente para esto, se necesitara ayuda de las monarquías árabes [apoyando al comandante Haftar]», dijo el analista. «Damasco y Tobruk pueden encontrar un terreno común de forma independiente. Ahora tienen un enemigo común, Turquía, con el que estos están en guerra».
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