El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, aseguró que la crisis del coronavirus está "sobredimensionada" y dejó entrever que no piensa tomar medidas radicales porque no está dispuesto a parar la economía.
Jair Bolsonaro
© REUTERS / Adriano Machado
"Hay un peligro, sí; se ha sobredimensionado esa cuestión [la crisis del coronavirus], no podemos parar la economía", dijo el mandatario en una entrevista con la Radio Bandeirantes.

El mandatario añadió: "No puede ser que las autoridades prohíban eso y aquello", y criticó duramente que la semana pasada se prohibieran todos los cruceros en Brasil como medida de prevención.

"¿Cómo tomas una medida de esas? ¡no puedes! ¡no puedes!", afirmó Bolsonaro, a pesar de que la decisión fue tomada por el Ministerio de Salud de su propio Gobierno.

El presidente brasileño también justificó el hecho de que durante el fin de semana saludara a diversos manifestantes que se agolpaban frente al Palacio del Planalto de Brasilia, la sede del Gobierno, a pesar de que debería mantenerse en aislamiento porque se le están realizando pruebas para verificar si tiene coronavirus.

Bolsonaro dijo que es "esclavo de la voluntad del pueblo" y que decidió saludar a sus simpatizantes, y rechazó las criticas de quienes le acusan de irresponsabilidad, porque quizá ayudó a expandir el virus y porque incentivó aglomeraciones de personas cuando las autoridades sanitarias están pidiendo que se eviten.


Las manifestaciones del 15 de marzo surgieron de movimientos de ultraderecha para apoyar al Gobierno y atacar al Congreso Nacional y al Tribunal Supremo Federal; en las últimas semanas Bolsonaro las apoyó abiertamente (lo que le valió fuertes críticas), pero el viernes 13, en un mensaje televisado, pidió prudencia a sus seguidores y desaconsejó las concentraciones.


Aun así, Bolsonaro saludó a muchas personas con contacto físico y publicó en sus redes sociales vídeos de las protestas.

El presidente se negó a hacer autocrítica y recordó que el a principios de marzo los presidentes de la Cámara de Diputados, del Senado y varios gobernadores se reunieron en un auditorio en Sao Paulo (sureste) con capacidad para 1.000 personas.
"Es una disputa política, me están apaleando todos; buena parte de los medios, algunos gobernadores, los jefes del poder legislativo (...) quieren culparme a mí de la posible expansión del virus", lamentó Bolsonaro.
Según el último balance del ministerio de Salud de Brasil, el país tiene 200 casos de coronavirus.

Los estados más afectados del país, Sao Paulo y Río de Janeiro (sureste) ya están tomando por su cuenta medidas restrictivas, como el fin de las clases en colegios y universidades y la prohibición de eventos que supongan grandes concentraciones de personas.

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