"Acalorada discusión" cuando rechazó poner a las autoridades vascas y catalanas a las órdenes del Estado. Sánchez ha dejado fuera del "Gobierno de excepción" a los ministros de Podemos.
Globalista Pablo Iglesias pidió 'independizar' a Cataluña y País Vasco del estado de alarma español
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, en el Consejo de Ministros del estado de alarma.
El decreto de estado de alarma que el Gobierno esperaba aprobar a mediodía de este sábado se encontró con un obstáculo inesperado. Una circunstancia que alargó varias horas el consejo de ministros, uno de los más largos de la historia, y retrasó la comparecencia de Pedro Sánchez hasta última hora de la jornada. Trasfondo: Pablo Iglesias pidió 'independizar' a Cataluña y País Vasco del estado de alarma español.

"Las medidas que vamos a adoptar son drásticas y van a tener consecuencias", explicó Pedro Sánchez este sábado, tras una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros. Se pudo ver a un presidente nervioso y desbordado.

La reunión del Gobierno, que se desarrolló durante siete horas, estuvo marcada por las fuertes discrepancias entre el PSOE y Unidas Podemos sobre qué hacer para afrontar la epidemia de coronavirus, pero sobre todo por el plan de choque económico.

Pero hubo además otro punto importante de discusión, que se refiere a la distinta visión del Estado entre Pedro Sánchez y los ministros socialistas respecto a Pablo Iglesias y los ministros de Podemos.

No retirar competencias a Cataluña y País Vasco

Pedro Sánchez dejó claro, durante la declaración institucional telemática en el Palacio de La Moncloa, que el estado de alarma afecta a todo el territorio español durante 15 días y que podrá prorrogarse con la convalidación del Congreso de los Diputados.

En cambio, según fuentes próximas al Consejo de Ministros, a las que ha tenido acceso Confidencial Digital, el vicepresidente Pablo Iglesias, quien acudió a la reunión de forma presencial pese a encontrarse en cuarentena, contraviniendo por tanto las indicaciones que se han hecho a la población en casos semejantes, defendió respetar algunas de las competencias en Sanidad, Interior y Transportes tanto en Cataluña como en el País Vasco, que ahora van a pasar a ser controladas por el Gobierno central.

Iglesias insistió en que las denominadas "comunidades históricas" pudieran ir por su cuenta, independientes, en la gestión de la crisis sanitaria para frenar la expansión del coronavirus.

Afirmo que poner a todas las autoridades vascas y catalanas a las órdenes del Gobierno de la nación sería interpretado como una "invasión" de sus competencias por los sectores más nacionalistas, además de verlo como un "atentado a sus derechos".

Hay que destacar, por ejemplo, que el estado de alarma pone a todos los cuerpos de seguridad, incluidos los Mossos d'Esquadra, la Ertzaintza y las policías locales bajo la autoridad del Ministerio del Interior.

Recordó que ERC y PNV sostienen al Gobierno

Iglesias recordó también el apoyo parlamentario al Ejecutivo por parte de ERC y PNV, lo que provocó una "acalorada discusión" en el Consejo de Ministros antes de aprobar finalmente el estado de alarma, según admiten a ECD altos cargos del Gobierno.

Entre otras consecuencias, ese retraso en llegar al acuerdo ha provocado que se aplace a este domingo la Conferencia de Presidentes Autonómicos que estaba prevista para el sábado por la tarde, y en la que por primera vez está previsto que participen Torra y Urkullu.

Podemos, fuera del 'Gobierno de excepción'

Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD confirman que Pedro Sánchez zanjó la cuestión, tras varias horas de discusión, y llamó a la "unidad para vencer al verdadero enemigo, que es el virus".

"El virus no distingue de territorios, ni de ideologías, ni de colores políticos", remarcó después Sánchez, en la comparecencia tras el tenso Consejo Extraordinario de siete horas de duración.

No se pasa por alto que Pedro Sánchez ha creado en el Gobierno un grupo fuerte para el seguimiento de la crisis, que tendrá autoridad en todo el Estado: los ministros de Defensa, Margarita Robles; de Interior, Fernando Grande-Marlaska; de Transportes, José Luis Ábalos; y de Sanidad, Salvador Illa.

El titular de Sanidad asumirá además las funciones de todas las áreas que queden fuera de las funciones de los otros tres ministros. En esta especie de "Gobierno de excepción" -como lo define un miembro del Ejecutivo- no hay, por tanto, ningún ministro de Podemos. La gestión de la alerta sanitaria queda así por completo en manos del PSOE, y más en concreto de personas de toda confianza de Pedro Sánchez.

El nacionalismo habla de "155 encubierto"

En las últimas horas, se ha visibilizado precisamente la resistencia de los gobiernos vascos y catalán, que presiden Iñigo Urkullu y Quim Torra, a aplicar una medida de urgencia por la crisis sanitaria que les retira algunas competencias, como las de seguridad, aunque sea de forma temporal.

Desde el independentismo catalán, después de que se conocieran algunas de las previsiones del decreto de estado de alarma que preparaba el Gobierno, se reaccionó con contundencia contra las medidas que se iban a adoptar.

Algunas voces reconocidas dentro del nacionalismo, como Pilar Rahola, calificó de "155 encubierto" la medida, y Torra insistió en exigir a Sánchez que no aplicara el "confinamiento de Cataluña".

El Gobierno vasco también ha advertido a Sánchez que atribuirse en exclusiva las competencias de Salud y de Interior en el País Vasco sería aplicar "un 155 en este ámbito" en el País Vasco, que el Ejecutivo de Urkullu rechaza.

El portavoz nacionalista, Josu Erkoreka, ha calificado de "sorpresa" que Sánchez se haga cargo como "mando único" de atribuciones recogidas en el Estatuto, como las que prestan en el País Vasco tanto el Departamento de Salud como el de Seguridad, y ha emplazado al presidente a que se apueste por la "coordinación" en las medidas que se iniciarán este lunes.

Otro de los puntos de preocupación del nacionalismo es el "precedente" que se crea con estas decisiones, porque podrían abrir la puerta a otras decisiones semejantes en el futuro. Precisamente esa consideración de "precedente" fue lo que provocó la tensa oposición de Íñigo Urkullu a la aplicación del 155 en Cataluña.