El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso calificó de hipócrita la decisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) de no prestar ayuda financiera a Venezuela para combatir el coronavirus, declaró la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova.
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El pasado 17 de marzo, el FMI rechazó la solicitud de 5.000 millones de dolares presentada por Venezuela, que preveía usar esa suma para combatir la propagación del coronavirus en el país, argumentando que no todos los miembros de la comunidad internacional reconocen al Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro.


Comentario: Deberíamos detenernos y pensar sobre esta hipocresía de los líderes mundiales y los medios de comunicación y su aparente preocupación por esta "terrorífica" amenaza. Como siempre, la salud y el bienestar, la libertad y la democracia son conceptos importantes y por los que vale la pena luchar siempre y cuando convenga.


"La población de Venezuela solicitó ayuda cuando obviamente la necesitaba al igual que muchos otros países [...; esta decisión] es una hipocresía tan típica", dijo Zajárova en una rueda de prensa, hablando sobre la decisión adoptada por el FMI.

La diplomática recordó que el fondo moviliza recursos "de hasta un billón de dólares" para ayudar a países a "superar las consecuencias del brote de coronavirus".
"En un momento en que los Estados que se declaran líderes mundiales pueden mostrar este liderazgo, mostrar un ejemplo digno de apoyo económico, un ejemplo digno de cómo se puede enfrentar un nuevo desafío (...), por alguna razón no aprovechan esta oportunidad", expresó la portavoz.
De momento el balance del coronavirus en Venezuela es de 36 casos confirmados.

Desde el 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) califica como pandemia la enfermedad COVID-19 causada por el coronavirus, SARS-CoV-2, detectado en la ciudad china de Wuhan, capital de la provincia de Hubei (centro-este), a finales de 2019.


Sustitución demográfica en Crimea

Además, Moscú califica de absurdas las declaraciones de la UE de que Rusia lleva a cabo una política de sustitución demográfica en Crimea, comunicó Zajárova.

El 16 de marzo el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, afirmó que la UE "sigue comprometida con implementar su política de no reconocimiento" de la reincorporación de la península de Crimea a Rusia y subrayó que Moscú "debe dejar de cambiar la estructura demográfica de la población [de Crimea] al trasladar su propia población a la península".

"Consideramos absurdas por su naturaleza las acusaciones a nuestro país de realizar una política de cierta sustitución demográfica en Crimea al trasladar allí a rusos de otras regiones del país", dijo la portavoz durante una rueda de prensa.

Asimismo mencionó que durante el año pasado el número de ucranianos que se mudaron a Crimea voluntariamente creció un 17%.

Según los datos oficiales de estadística, especificó Zajárova, "el año pasado se tcienrasladaron a Crimea cerca de 10.000 personas, (..) 9.674 personas son del espacio postsoviético y de ellas cerca de un 80% — es decir 7.734 personas — de Ucrania".

Las relaciones entre Rusia y Occidente entraron en un periodo de tensión en 2014, año en que Crimea se incorporó al territorio ruso tras un referéndum con un aplastante sí, después de que estallara el conflicto armado en el este de Ucrania.

EEUU, la UE y varios otros países impusieron sanciones a Rusia por lo que consideran la "anexión ilegal" de Crimea y por su presunta implicación en el conflicto en el este ucraniano.

Moscú, que insiste en la legalidad de la adhesión de Crimea y rechaza ser parte de la crisis en Donbás, respondió a las sanciones occidentales con un embargo agroalimentario.