Para apoyar la economía tras la pandemia, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) anunció una compra de activos sin precedentes a finales de marzo. La medida ayudó en medio de la crisis. Pero los analistas advierten que el exceso de liquidez acabará inflando otra burbuja que podría estallar y hacer colapsar todos los mercados.
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Para tranquilizar a los inversores, la Fed redujo la tasa clave dos veces en marzo, hasta 0-0,25% anual. El regulador también lanzó un programa para comprar bonos del Tesoro por 500.000 millones de dólares y activos respaldados por hipotecas por 200.000 millones de dólares.

Esos métodos se utilizaron hace 10 años, durante la crisis financiera mundial, observa Natalia Dembínskaya, columnista de la edición en ruso de Sputnik.

A finales de marzo, la Fed anunció que compraría tantos activos del mercado como fuera necesario. El regulador también lanzó varios programas nuevos de préstamos.

Las medidas estabilizaron la situación: el mercado de valores creció. Desde los mínimos del 23 de marzo, el índice S&P 500 subió más del 40%.

Sin embargo, los analistas económicos están preocupados: en medio de la pandemia, la economía está en caída libre (en el segundo trimestre, el PIB caería un 40% y el desempleo subiría al 25%), pero el mercado de valores está creciendo. Obviamente, los incentivos de la Reserva Federal están dando a los inversores falsas esperanzas, observa Dembínskaya.

"La relación precio-beneficios superaría los niveles de la burbuja tecnológica de 2000", advirtió Joseph Carson, execonomista principal de la empresa de inversiones AllianceBerstein.

"La brecha entre los mercados y las realidades económicas nunca ha sido tan grande", señaló, a su vez, Matt King, jefe de estrategia de crédito global de Citigroup.

El gasto total de la Fed para apoyar la economía y los mercados alcanzó el 30% del PIB.

Mientras tanto, en el primer trimestre, las empresas estadounidenses informaron de un descenso récord de los beneficios hasta los valores de la crisis de 2009. En el segundo trimestre, la situación se deteriorará aún más debido al colapso de las ventas y los volúmenes de producción en medio de la epidemia de coronavirus, pronostica Dembínskaya.

No confirmaron las expectativas de que la política de estímulo de la Reserva Federal y la excesiva liquidez en el mercado, mejoraran la solvencia de las empresas. Tan pronto como los inversores se den cuenta de la escala de la caída de las ganancias corporativas, el mercado de valores caerá, analiza la columnista. Además, el regulador prometió comprar bonos corporativos de alto rendimiento, es decir, valores con alto riesgo de impago.
"Las manipulaciones del regulador estadounidense pueden costar mucho a la economía mundial. Los fondos y los actores del mercado de valores han perdido la oportunidad de apostar a la baja, lo que amenaza con colapsar el mercado de valores de EEUU, y luego a todos los demás", concluye Natalia Dembínskaya.