Traducido por el equipo de SOTT.net en español

La Fundación Rockefeller ha presentado el "Plan de Acción Nacional de Ensayos del Covid-19", indicando los "pasos pragmáticos para reabrir nuestros lugares de trabajo y nuestras comunidades". Sin embargo, no se trata simplemente de medidas de salud como aparece en el título.

National Covid-19 Testing Action Plan
El Plan - al que han contribuido algunas de las más prestigiosas universidades (Harvard, Yale, Johns Hopkins y otras) - prefigura un verdadero modelo social jerárquico y militarizado.

En la parte superior, la "Junta de Pruebas de Pandemia (PTB), similar a la Junta de Producción de Guerra que los Estados Unidos crearon en la Segunda Guerra Mundial". La Junta de Pruebas de la Pandemia "estaría formada por líderes de los negocios, el gobierno y el mundo académico" (los representantes del gobierno no estarían en la primera fila, sino que los representantes de las finanzas y la economía se enumerarían por orden de importancia).

Este Consejo Supremo tendría la facultad de decidir sobre producciones y servicios con una autoridad similar a la conferida al Presidente de los Estados Unidos en tiempo de guerra por la Ley de Producción de Defensa.

El plan prevé que 3 millones de ciudadanos estadounidenses sean sometidos a pruebas de Covid-19 semanalmente, y que el número se eleve a 30 millones por semana en un plazo de seis meses. El objetivo es lograr la capacidad de realizar pruebas de Covid-19 a 30 millones de personas al día, lo que se realizaría en un año.

Para cada prueba, se espera "un reembolso justo de mercado (por ejemplo, 100 dólares) para todos los ensayos de Covid-19". Por lo tanto, se necesitarán miles de millones de dólares al mes de dinero público.

La Fundación Rockefeller y sus socios financieros ayudarán a crear una red para la provisión de garantías de crédito y la firma de contratos con los proveedores, es decir, las grandes empresas que fabrican medicamentos y equipo médico.

Según el Plan, el "Consejo de Control de Pandemias" también está autorizado a crear un "Cuerpo de Respuesta a Pandemias": una fuerza especial (no es sorprendente que se llame "Cuerpo" como el Cuerpo de Marines) con una plantilla de 100 a 300 mil componentes.

Se reclutarían entre los voluntarios de los Cuerpos de Paz y de Americorps (creados oficialmente por el gobierno de los Estados Unidos para "ayudar a los países en desarrollo") y entre el personal militar de la Guardia Nacional. Los miembros del "Cuerpo de Respuesta ante Pandemias" recibirían un salario bruto medio de 40.000 dólares al año, para el que se prevé un gasto estatal de 4.000 a 12.000 millones de dólares al año.

El "cuerpo de respuesta ante pandemias" tendría sobre todo la tarea de controlar a la población con técnicas de tipo militar, mediante sistemas digitales de rastreo e identificación, en lugares de trabajo y de estudio, en zonas residenciales, en lugares públicos y en los viajes. Sistemas de este tipo - recuerda la Fundación Rockefeller - son fabricados por Apple, Google y Facebook.

Según el Plan, la información sobre las personas relativa a su estado de salud y sus actividades se mantendría confidencial "siempre que fuera posible". Sin embargo, todas ellas estarían centralizadas en una plataforma digital cogestionada por el Estado Federal y las empresas privadas. Según los datos proporcionados por el "Consejo de Control de Pandemias", se decidiría de vez en cuando qué área debería estar sujeta a cierre y por cuánto tiempo.

Este es, en resumen, el plan que la Fundación Rockefeller quiere aplicar en los Estados Unidos y más allá. Si se aplicara aunque fuera parcialmente, se produciría una mayor concentración del poder económico y político en manos de un sector de élite aún más reducido en detrimento de una mayoría creciente que se vería privada de los derechos democráticos fundamentales.

La operación se lleva a cabo en nombre del "control del Covid-19", cuya tasa de mortalidad ha sido hasta ahora inferior al 0,03% de la población de los Estados Unidos según los datos oficiales. En el Plan de la Fundación Rockefeller el virus se utiliza como una verdadera arma, más peligrosa que el propio Covid-19.
Este artículo fue publicado originalmente en Il Manifesto.

Manlio Dinucci es investigador asociado del Centro de Investigación sobre la Globalización.