El Ejército Nacional Libio (ENL) aseguró que logró repeler ataques masivos de las fuerzas del Gobierno de Acuerdo Nacional, de Fayez al Sarraj, a 50 kilómetros de la ciudad portuaria de Sirte.
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© AFP 2020 / Abdullah Doma
"El ENL pudo repeler estos ataques y establecer una línea de defensa que se extiende de 50 a 90 kilómetros de Sirte", dijo a Sputnik el portavoz del ENL, Ahmed al Mismari.

El vocero avanzó también que las tropas de Al Sarraj se reagrupan para atacar nuevamente Sirte, zona rica en petróleo.
"(El presidente turco Recep Tayyip) Erdogan busca continuar los choques armados hasta tomar el control de toda la media luna petrolera y solo después de eso aceptará negociar", sostuvo Al Mismari.
Libia continúa sumida en una crisis desde que la caída del que fuera su líder durante décadas, Muamar Gadafi, en 2011, derivara en violentos enfrentamientos entre facciones rivales.

Actualmente en el país hay una dualidad de poderes: el Gobierno interino junto con el Parlamento en Tobruk, que controla la parte oriental y cuenta con el apoyo del ENL liderado por el mariscal Jalifa Haftar, y el Gobierno de Acuerdo Nacional, encabezado por Al Sarraj, con sede en Trípoli, en el noroeste del país.

A principios de abril de 2019, Libia entró en una nueva espiral de violencia después de que el ENL de Haftar empezara una ofensiva para liberar Trípoli de "terroristas".

Las fuerzas leales al Gobierno de Acuerdo Nacional respondieron con la operación Volcán de Ira contra las tropas del mariscal.

El pasado 3 de junio las tropas de Al Sarraj, apoyadas por Turquía, anunciaron que recuperaron por completo el control de Trípoli.

El pasado 6 de junio, El Cairo acogió una reunión entre el presidente egipcio, Abdelfatah Al Sisi, el presidente del Parlamento libio que sesiona en Tobruk, Aguila Saleh, y Haftar, al término de la cual fue anunciada una nueva iniciativa de paz que prevé una tregua en todo el territorio libio, la retirada de las fuerzas extranjeras y el desarme de los grupos armados.

La iniciativa fue respaldada por Rusia, Estados Unidos y varios países árabes, incluidos Arabia Saudí y Emiratos Árabes, mientras que Al Sarraj y Turquía la rechazaron.