El presidente argentino Alberto Fernández aseguró este 4 de agosto que el acuerdo para la reestructuración de bonos bajo legislación extranjera por 66.238 millones de dólares, despeja "el horizonte" del país y aleja el escenario de un nuevo impago.
Alberto Fernández y toda la partidocracia celebran el acuerdo con sus acreedores para reestructurar la deuda y esclavizar a los argentinos
Presidente de Argentina Alberto Fernández
En la madrugada de este martes, y tras varios meses de intensas negociaciones, ofertas y contraofertas de las partes, el Ministerio de Economía argentino informó en un comunicado que alcanzó un acuerdo con los tres principales grupos de acreedores privados, lo que otorgará "un alivio de deuda significativo" al país, en recesión desde 2018.

"Resolvimos una deuda imposible en la mayor crisis económica que se recuerde y en medio de una pandemia", señaló con entusiasmo el presidente Alberto Fernández, quien elogió la figura del ministro de Economía, Martín Guzmán, como "central" para el acuerdo.

"Él (Guzmán) recogió cuáles eran los objetivos que debíamos alcanzar y se dio una estrategia correcta. Ese es un enorme mérito suyo, trabajamos todo este tiempo muy juntos y así lo vamos a seguir haciendo. Martín es un nombre de un enorme valor técnico y ético", resaltó el mandatario.

A pesar del festejo, Argentina tendrá que esperar hasta el próximo 24 de agosto, que es el plazo de vigencia de su oferta, para que el acuerdo sea efectivo y los bonistas formalicen su adhesión.

En el documento, los representantes del Grupo Ad Hoc de Bonistas Argentinos, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo de Bonistas del Canje y otros tenedores, aceptan que el país ajuste "algunas de las fechas de pago contempladas para los nuevos bonos" con la que se busca canjear deuda de ley extranjera por 66.238 millones de dólares.

Los ajustes se harán en ciertos aspectos legales de las llamadas Cláusulas de Acción Colectiva (CAC), que determinan cómo se pueden hacer cambios futuros a los acuerdos de bonos. Estos se habían convertido en un punto clave de discusión en las conversaciones.

En concreto, el comunicado de la cartera ministerial especifica que los bonos de deuda a reestructurar, emitidos en 2005 y 2010 y a partir de 2016, se canjearán por nuevos títulos en dólares y euros con vencimientos en 2029, 2030 y 2038.


Los grupos expresaron en una declaración conjunta, también este martes, que estaban complacidos de haber alcanzado un "acuerdo de principio" con Argentina, el cual proporcionaría alivio de la deuda y conduciría a un acceso renovado a los mercados internacionales de capital para los emisores argentinos.

"El acuerdo es un buen resultado para todos los participantes y ofrece una oferta que todos los acreedores deberían apoyar", dijeron los principales acreedores. Las buenas noticias para la economía del país latinoaméricano llegan casi cuatro meses después de que el país lanzara su primera oferta de canje, que no recibió el mínimo de adhesión necesario.

La "última y definitiva oferta"

El Ejecutivo de Fernández formalizó la que insistió era su "última y definitiva oferta" el pasado 6 de julio, cuando anunció que había realizado varias mejoras respecto a la primera, la cual fue rechazada por los tres grupos de acreedores, que respondieron con una contraoferta conjunta.

Según se estimaba, la diferencia entre ambas propuestas, la del Gobierno y los acreedores, apenas difería por unos tres dólares, ya que mientras la oferta de Argentina estaba valorada en unos 53 dólares, la de los acreedores se fijó en 56.

El nuevo planteamiento ubica la recuperación por encima de los 54 dólares por cada 100, y mejora los plazos de pago, explicó una fuente oficial a la agencia AFP.

"En estos siete meses nos dijeron que no entendíamos nada y que estábamos camino al fracaso porque no aceptábamos las ofertas de los acreedores. Resulta que finalmente cerramos un acuerdo que le permite a la Argentina ahorrarse 33.000 millones de dólares de la deuda asumida en los próximos 10 años. Ahora tenemos despejado el horizonte adonde queremos llegar", remarcó Fernández.

Argentina, cuya economía se ha debilitado en los últimos dos años, cayó en su noveno incumplimiento soberano el pasado mes de mayo y según las estimaciones de los organismos internacionales su contracción económica para este año podría ser de hasta 12%, a consecuencia de la recesión.


A la par de las conversaciones para solucionar el canje de su deuda externa, Argentina busca, por otro lado, llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para concretar el pago del préstamo de 44.000 millones de dólares que el organismo le otorgó en 2018.

A pesar de que esas conversaciones todavía no han dado frutos, la directora gerente del FMI Kristalina Georgieva felicitó a Argentina y sus acreedores el martes por el "paso significativo" de llegar a un acuerdo de deuda y dijo que espera "una conclusión exitosa en interés de todos".