Complots para llenar Europa de inmigrantes, para derribar Gobiernos, para crear una histeria climática. George Soros, judío, millonario, especulador y filántropo, cumple mañana 90 años como el enemigo público número uno de la extrema derecha y el ultranacionalismo en todo el mundo.
Ejemplo de propaganda rastrera globalista:
© EFE
George Soros, nacido en Budapest el 12 de agosto de 1930, es señalado por líderes y partidos de esas ideologías como un personaje poderoso y malvado, que manipula desde las sombras a través de una red de siniestras ONG y fundaciones gracias a su enorme fortuna.

Desde hace una década, esa narrativa presenta al multimillonario como alguien que salta sobre la soberanía popular y pretende minar la legitimidad de los lideres elegidos democráticamente, explica a Efe Péter Krekó, director del Instituto Political Capital y experto en teorías de la conspiración y en populismo.

DE SALVINI A ERDOGAN

Así, mientras el líder ultra italiano Matteo Salvini lo acusa de fomentar la inmigración ilegal; Nigel Farage, dirigente pro brexit británico afirma que busca cambiar la estructura demográfica de Europa; y el presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, de estar tras las protestas contra su Gobierno.

Y en las redes sociales abundan incluso las teorías de que es quien financia a la activista contra la crisis climática Greta Thunberg, e incluso la afirmación, falsa, de que es su abuelo.

"En Europa Central y del Este, las ideas anti-Soros fueron presentadas principalmente por líderes autoritarios como el bielorruso, Aleksandr Lukashenko, o el ucraniano, Víktor Yanukóvich, que no están de acuerdo con su ideas democratizadoras", dice Krekó.

Esos líderes ven a Soros como un agente en complots estadounidenses para derribarlos, en revueltas como la Revolución Naranja que echó del poder en 2004 a Yanukóvich, o las fracasadas protestas de 2006 contra Lukashenko.

Pero también círculos ultras en Estados Unidos, sectores del Partido Republicano y medios conservadores como la emisora Fox, han señalado a Soros como un financiero manipulador.

Se le ha responsabilizado, por ejemplo, de las marchas de inmigrantes centroamericanos hacia la frontera estadounidense, o de tratar de imponer una agenda política de ultraizquierda.

ESPECULADOR Y FILÁNTROPO

Soros sobrevivió al Holocausto nazi y en 1947 huyó de la dictadura comunista húngara.

Se instaló en el Reino Unido y luego en Estados Unidos, donde su actividad como especulador financiero le creo mala fama y le proporcionó una enorme fortuna, estimada actualmente en unos 7.300 millones de euros (8.600 millones de dólares).

Pero al tiempo que se enriquecía, inició su actividad de filántropo, apoyando y divulgando la idea de la "sociedad abierta" del filósofo Karl Popper, basada en la tolerancia y transparencia.

En 1993 canalizó ese pensamiento a través de la creación de la Open Society Foundations (OSF), que financia ONG de derechos humanos, a medios independientes y proyectos educativos y sociales.

ORIGEN DEL ODIO

Si hay un lugar donde el discurso contra Soros copa el mensaje político y donde el millonario es el centro de todos los ataques, es justamente Hungría, su país natal.

El primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, inició su carrera como un político liberal, que defendía ideas muy parecidas a las de Soros.

De hecho, pudo estudiar en Inglaterra en 1989 gracias a una beca de Soros que apoyaba la lucha contra el entonces régimen comunista.

Aunque no fue el primero, el ex primer ministro macedonio Nikola Gruevski usó el lema "Stop Soros ya en 2017, Orbán es quien lo ha convertido en el principal eje de su política.

EL ENEMIGO DE ORBÁN

Tras la crisis migratoria de 2015 y 2016, cuando centenares de miles de refugiados cruzaron Hungría para llegar a países de Europa Occidental, el Gobierno húngaro comenzó a hablar de un supuesto complot de Soros para traer a Europa a millones de inmigrantes.

Pocos después, en julio de 2017, Orbán lanzó una campaña institucional acusando a Soros de ser un peligro para el país.

"Cuando Orbán luchaba contra los medios y las ONG críticas, contra la oposición y contra la Unión Europea, reunió a todos bajo el mismo paraguas de Soros", añade Krekó.

CONSTRUIR UN ENEMIGO

Toda esta estrategia tiene su origen en Arthur Finkelstein y George Birnbaum, dos asesores contratados por Orbán para que le ayudaran en la campaña electoral de 2014, después de que Benjamin Netanjahu, primer ministro israelí y también crítico con el empresario, le recomendara sus servicios.

Aunque Soros no fue entonces tema de campaña, Finkelstein y Birnbaum diseñaron la construcción de un enemigo político a quien culpar de todo que tanto rédito electoral le ha dado a Orbán.

La lucha de Orbán contra Soros culminó en 2018, cuando primero en mayo la OSF se retiró de Hungría debido a que, tras años de hostigamiento por parte del Gobierno, ya no podía garantizar la seguridad de sus proyectos y de sus empleados.

Ese mismo año la Universidad Centroeuropea (CEU), fundada en 1991 por Soros, anunció el traslado de gran parte de sus actividades de Budapest a Viena, ante los ataques políticos y legales de Orbán.

PREJUICIOS ANTISEMITAS

Que Netanjahu, Finkelstein y Birnbaum sean también judíos es llamativo, toda vez que los ataques a Soros se asientan en prejuicios y estereotipos antisemitas, como el del usurero y el complot judío en la sombra para controlar el mundo.

"Una investigación nuestra demostró que quienes creen en la conspiración internacional judía, creen más en esa propaganda sobre Soros", confirma Krekó, que matiza que no todas las campañas contra Soros tienen ese fundamento antisemita.